domingo, 15 de marzo de 2020

9.3 La dictadura de Primo de Rivera. El final del reinado de Alfonso XIII




El  13 deseptiembre de 1923 el capitán general de Cataluña Miguel Primo deRivera dio un golpe de Estado en Barcelona, se dirigió al país con un comunicado  que constituía el manifiesto de sus intenciones. El golpe se impuso con escasa resistencia; fue legitimado por el rey Alfonso XIII al encargarle formar gobierno, empezando así una dictadura militar con mando  único en manos de Primo de Rivera que contó con un directorio militar de 1923 y 1925 como institución de gobierno.

La dictadura impuesta por Primo de Rivera fue una solución autoritaria antidemocrática, en un contexto europeo influido por la reciente llegada al poder del fascismo de Mussolini en Italia  un año antes; con el  creciente retroceso de la democracia en Europa  en el periodo de entreguerras durante los años de mayor presión contra las aspiraciones populares y como respuesta  al miedo a la revolución que había llegado a las élites dirigentes después de la revolución rusa. En la península unos años después Oliveira Salazar tomará el poder en Portugal proclamando el Estado Novo otra dictadura que duró   hasta que la revolución de los claveles acabó con ella en1974.
  Las  causas  del golpe de Primo de Rivera  en España  las tenemos en la  crisis política del sistema de la Restauración y su incapacidad para resolver los problemas de España, el fracaso colonial en Marruecos con la derrota de Annual en 1921 que mostró la incapacidad de controlar el Rif y causó conmoción en todo el país y protestas, en el parlamento se organizó una comisión de investigación dirigida por el general Picasso para investigar las circunstancias concurrentes en el desastre de Annual (se considera que fue un factor determinante para el golpe de estado), la conflictiva tensión en la situación social en España que derivó en Cataluña en el pistolerismo propiciado por la patronal contra las organizaciones sindicales y sus líderes, se produjo la creación de grupos armados en sectores anarquistas que utilizaron la violencia contra los patronos y la élite política.
El golpe encontró pleno apoyo:  del Rey, que veía el golpe como un freno para  lo que temía como amenaza a su corona; de gran parte del  ejército que veía a uno de los suyos  al frente del poder autoritario y defensor de sus intereses (recordemos las juntas de defensa); de la  Iglesia en un clima de cuestionamiento de su constante apoyo a los poderosos en un momento de creciente  anticlericalismo,  y de la  burguesía  incluida la catalana que había establecido buenas relaciones con Primo de Rivera como capitán general de Cataluña, veían en el dictador el defensor de sus intereses frente  al creciente descontento popular y el  avance sindical anarquista y su capacidad de movilización.

Directorio militar de 1923 y 1925
Las primeras decisiones políticas de la dictadura fueron: la supresión de las libertades y garantías constitucionales individuales (todas las libertades básicas, expresión, manifestación, asociación)destaca la prohibición de los partidos políticos, la disolución de las cortes como institución básica del sistema liberal y la persecución del anarquismo y el incipiente movimiento comunista, que pasaron  a la clandestinidad. La dictadura  prohibió el  catalanismo  como forma política que cuestionaba el centralismo del  poder político (prohibición de la bandera catalana y hablar catalán en público). Potenció en  toda España el  Somatén, una milicia parapolicial muy conservadora, organizó la administración marcando más su   centralismo,  y creó un partido propio,  la Unión Patrióticacuyo lema era,  religión, patria y monarquía, que recuerda el lema integrista del carlismo, pero sin fueros.
De esta manera comienza la instauración de un  régimen muy conservador  , corporativista, con  una ideología que mezclaba el tradicionalismo católico con las influencias del fascismo italiano, fue implantando un sistema político antidemocrático que defendía intereses económicos de la oligarquía y que contó en su administración con miembros de la élite política más conservadora. 

La dictadura consiguió afianzarse llevando a cabo una dura represión de cualquier cuestionamiento de sus decisiones políticas,  el principal objetivo era acabar con la crisis social y las movilizaciones de los trabajadores para lograr el restablecimiento del orden público (Primo de Rivera asimilaba movimiento obrero con delincuencia) y garantizar los intereses de la patronal. Un logro de la dictadura conjuntamente con Francia fue acabar con la resistencia de Abdel-Krim que había declarado la república del Rif enfrentándose al sultán y a las autoridades coloniales logrando después de muchos años de imposibilidad la pacificación del Rif. La economía española coincidió  con una  coyuntura económica internacional favorable, la época del gran crecimiento de los años veinte hasta el crack de la bolsa de Nueva York de 1929 y la posterior depresión económica que influyó en la caída de la dictadura.
El final de la guerra en Marruecos se dará después del desastre de Annual de 1921 y la posterior declaración de la república rifeña en 1923. La decisión de los rifeños de atacar una posición militar fronteriza  francesa, será el desencadenante de una acción coordinada  del ejército francés y español que acabará con la resistencia rifeña.

El  desembarco de Alhucemas,  en 1925,  fue  el comienzo de la derrota de Abdel-Krim y el final de la guerra en Marruecos. Respecto a Marruecos, Primo de Rivera primero era favorable de la retirada por los cuantiosos costes económicos, la pérdida de vidas humanas, y el cuestionamiento del ejército como institución que no había conseguido doblegar la resistencia rifeña a la ocupación colonial. La  oposición al abandono del protectorado  de sectores conservadores y de los militares africanistas doblegó la idea inicial del dictadorLa  operación militar conjunta hispano-francesa en Alhucemas y la ocupación del Rif consiguió la victoria y la entrega de Abd-el-Krim a las tropas francesas y su posterior exilio del que nunca volvió a Marruecos. El prestigio del ejército fomentado por una campaña de la prensa conservadora se recuperó en gran parte. Al mismo tiempo se conformaba un sector del mando africanista diferenciado del resto del ejército por su práctica de una guerra colonial que en muchos momentos fue brutal por parte de  los contendientes y donde la población civil sufrió las consecuencias de la violencia bélica. El fin del conflicto de Marruecosº afirmó a Primo de Rivera en el poder.


El directorio civil (1925-1930):  Con el régimen consolidado,  se sustituyó al directorio militar por un Directorio Civil,  integrado por civiles y militares. El régimen trató de legitimarse y perpetuarse, introduciendo instituciones claramente influidas por el fascismo italiano (Asamblea Nacional Consultiva, simulacro de elecciones, proyecto de nueva constitución). En política social, se creó el Consejo Nacional del Trabajo y una institución  que aspiraba a resolver los conflictos laborales entre la patronal y los trabajadores, sin huelgas: Organización Corporativa del Trabajo. Primo trató de atraerse al socialismo más moderado representado entonces por Largo Caballero, líder de la UGT,  mientras que reprimió el anarquismo y el  comunismo.
En esta etapa la dictadura desarrolló una importante  política intervencionista en la economía. Se crearon  monopolios estatales  (Telefónica, Iberia, CAMPSA), planificándose multitud de  obras públicas: carreteras, ferrocarriles, pantanos y otras obras hidráulicas. Este desarrollo de la obra pública favoreció directamente el importante crecimiento de la siderurgia y de la industria cementera. Se establecieron al alza los aranceles a las importaciones.  Todo esto constituía una clara intervención del estado en la economía marcando el ritmo y financiando su desarrollo. Las exposiciones Internacionales de Barcelona o Sevilla en 1929 fueron una buena muestra del triunfalismo del régimen. Estos altos gastos llevaron a un estado fuertemente endeudado, en un período de abundancia de capitales que  se quebró con la  burbuja especulativa en EE.UU. y el crack de la bolsa de Nueva York en 1929 y el inicio de la gran depresión económica que afectó a España y gran parte del mundo. La burguesía perdió entonces la confianza en Primo de Rivera como gestor de sus intereses.

La oposición política y social: La oposición al régimen  comprendía desde los liberales y conservadores que habían sido apartados del sistema político por el golpe de estado hasta las fuerzas de la oposición al sistema de la Restauración y a la dictadura que fueron reorganizándose y  creciendo a pesar de la represión.
Los  principales sectores políticos fueron: los nacionalistas  catalanes y vascos (opuestos al centralismo), conservadores y liberales (que aspiraban a la vuelta a la Constitución de 1876),  republicanos  que fueron muy activos contra la dictadura, los  intelectuales  (Unamuno, Valle Inclán, Ortega, Blasco Ibáñez), el mundo  estudiantil y sus movilizaciones desde1929 se organizaron en la Federación Universitaria Escolar-FUE (cierre Universidad de Madrid en 1929), las  organizaciones obreras  (PSOE, PCE, CNT-FAI, UGT desde 1927) con la serie de  huelgas después del crack de Nueva York , y hasta dentro del propio  ejército  (pronunciamiento militar "Sanjuanada" en 1926)  . El rechazo a la dictadura obligó a Primo de Rivera a presentar su dimisión al rey  el 27 de enero de 1930,  exiliándose en París donde murió pocos meses después.


El hundimiento de la monarquía (1930-1931): Con la dimisión de Primo de Rivera en la mano, el rey  Alfonso XIII  trató de volver al sistema constitucional como si nada hubiera ocurrido, para asegurar su continuidad. Nombró al General Dámaso Berenguer, sólo logró la colaboración de algunos miembros de la oligarquía financiera y caciquil como Romanones y de La Cierva y el no de liberales y conservadores que ya no confiaban en la corona, la incapacidad del gobierno para frenar el deterioro económico y la creciente contestación social fueron las características  de este breve  y convulso período conocido por  la prensa como  la "Dictablanda”.
La oposición a la monarquía  creció incluso entre antiguos monárquicos, políticos del turno como Alcalá Zamora y Miguel Maura formaron partidos de derecha republicana abjurando de su anterior monarquismo, surgió una corriente republicana entre oficiales jóvenes de artillería y aviación.

En agosto de 1930 se reunieron en San Sebastián en condiciones de semi-clandestinidad los representantes de partidos  republicanos  (Lerroux, Azaña, Domingo), socialistas  (Prieto, Fernando de los Ríos)  nacionalistas  gallegos y catalanes, en esta reunión firmaron el  pacto de San Sebastián,  se organizó un Comité Revolucionario encabezado por  Alcalá Zamora. El principal encargo era contactar con los militares  republicanos para llevar a cabo un levantamiento armado que  tendría que contar con el apoyo de las organizaciones obreras para poder llevar a cabo la proclamación de la República. La CNT respaldó el plan pero no se adhirió al pacto.
El 15 de diciembre, una  sublevación militar, anticipada al plan general, dirigida por los capitanes  Fermín Galán y García Hernández en Jaca, fracasó al no llegar los apoyos esperados. El fusilamiento de ambos  aumentó la tensión social con una oleada de grandes movilizaciones sociales. Gran parte del Comité revolucionario fue detenido y encarcelado mientras los demás pasaban a la clandestinidad. Varios intelectuales publicaron un manifiesto de apoyo a la república. Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala y José Ortega y Gasset formaron la Agrupación al servicio de la república. Un artículo en la prensa del filósofo  José Ortega y Gasset: ”El error Berenguer", apareció en El Sol, noviembre de 1930, con su conocido epitafio Delenda est monarchia,  la monarquía debe ser destruida, mostraba el parecer de un amplio sector de los intelectuales  españoles a favor de la República.

Berenguer dimitió  el 14  de febrero de 1931. El rey  intentó controlar la situación y nombró presidente al almirante Aznar para intentar la vuelta al sistema la restauración, se convocaron elecciones  municipales para el 12 de abril de 1931,  al mismo tiempo el juicio contra los miembros del Comité revolucionario acabó con su absolución ante la argumentación de la defensa de haberse sublevado contra la dictadura y no contra la constitución.
Las elecciones del 12 de abril se plantearon como un  plebiscito entre monarquía y república, con  una campaña muy intensa. El sistema caciquil que aun existía en las zonas rurales beneficiaba a los monárquicos en los pueblos, pero en las ciudades no ocurría lo mismo.  El triunfo arrollador en las capitales de provincia de los republicanos  hizo estallar la alegría por toda España. El  14 de abril de 1931  se proclamaba la  Segunda República Española. Alfonso XIII dejaba el poder y España, después de constatar de que se había quedado sin apoyos, por consejo de Romanones salió rumbo a París, poco después se trasladó a Roma como residencia definitiva,  abdicó en 1941 en su hijo Juan.   

Enlaces interesantes.

Documental rodado durante la dictadura de Primo de Rivera sobre la guerra de Marruecos. Archivo de TVE.
 
TEXTOS.


Artículo de José Ortega y Gasset El error Berenguer.

Primeras decisiones de la dictadura.

Extracto del expediente Picasso.
El dictador sobre la guerra de Marruecos

Pacto de San Sebastián. Agosto de 1930

«En el domicilio social de la Unión Republicana, bajo la presidencia de don Fernando Sasiain, se reunieron esta tarde don Alejandro Lerroux y don Manuel Azaña, por La Alianza Republicana; don Marcelino Domingo, don Alvaro Albornoz y don Angel Galarza, por el Partido Republicano Radical Socialista, y don Niceto Alcalá Zamora y don Miguel Maura, por la Derecha Liberal Republicana; don Manuel Carrasco Formiguera, por Acció Catalana; don Matías Mallol Bosch, por Acción Republicana de Catalunya; don Jaime Aiguader, por Estat Catalá, y don Santiago Casares Quiroga, por la Federación Republicano Gallega, entidades que, juntamente con el Partido Federal Español, el cual, en espera de acuerdo de su próximo congreso, no puede enviar ninguna delegación, integran la totalidad de los elementos republicanos del país. A esta reunión asistieron, invitados con carácter personal, don Felipe Sánchez Román, don Eduardo Ortega y Gasset y don Indalecio Prieto, no habiendo podido concurrir don Gregorio Marañón por hallarse ausente en Francia, y de quien se leyó una entusiasta carta de adhesión en respuesta a la indicación que con el mismo carácter se le hizo. Examinada la actual situación política, todos los representantes concurrentes a la reunión llegaron en la exposición de sus peculiares puntos de vista, a una perfecta coincidencia, la cual quedó inequívocamente confirmada en la unanimidad con que se tomaron las diversas resoluciones adoptadas. La misma absoluta unanimidad hubo al apreciarse la conveniencia de gestionar rápidamente y con ahínco la adhesión de las demás organizaciones políticas y obreras, que en el acto previo de hoy no estuvieron representadas, para la finalidad concreta de sumar su poderoso auxilio a la acción que sin desmayos pretenden emprender conjuntamente las fuerzas adversas al actual régimen político». Ampliando la nota interior, podemos decir que la cuestión batallona de la reunión fue el criterio mantenido por la representación catalana, expuesto claramente por el señor Carrasco Formiguera en el sentido de que para tomar parte en el hecho revolucionario necesitan ellos el reconocimiento de la personalidad catalana, pues no pueden prescindir de ser catalanes, aunque sean republicanos. Unánimemente se mantuvo entre los reunidos el criterio de que Cataluña redacte libremente el Estatuto Catalán, sometiéndolo en su día al refrendo de las Cortes Constituyentes. En este espíritu federalista de la asamblea se dijo también que el mismo criterio habría de seguirse por lo que respecta a otras regiones con personalidad definida, como son las Vascongadas, Galicia, etc., dentro de la unión perfecta de todas ellas. Se convino ampliar las gestiones de todos los elementos antidinásticos, como el Partido Socialista, la Unión General de Trabajadores, la Confederación General del Trabajo, etcétera. Se examinó el actual momento político, manifestándose también unánimes los criterios de los reunidos. Se dio de lado a la cuestión de las elecciones y se convino en la necesidad de realizar un amplio movimiento para la consecución de la finalidad que se persigue. Hoy lunes, por la noche, los prohombres republicanos asisten a un banquete organizado por el Centro Republicano de Irún en homenaje al veterano republicano de la vecina ciudad don León Iruretagoyena.-Díaz”. 

La forja de un rebelde es una serie de tve basada en la novela autobiográfica de Arturo Barea. Los capítulos siguientes coinciden con el periodo histórico que hemos estudiado.












El capítulo tres refleja la vida de Arturo Barea en la guerra de Marruecos
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario