10.4. Fases militares de la Guerra Civil. La evolución política y económica en
las dos zonas. Consecuencias económicas y sociales de la guerra. Los costes
humanos.
La situación política tras el golpe.
El golpe de estado de julio de 1936 se convirtió en una dura y larga guerra, esta situación de ataque al estado democrático republicano produjo la división del poder político de España en dos zonas distintas. El control de los sublevados de una zona y la otra
zona la que dirigía el gobierno republicano que veía directamente la destrucción de las estructuras estatales de
la II República en gran parte de España. Llevada a cabo por una institución del propio estado y que estaba encargada constitucionalmente de su defensa frente a una guerra exterior, el ejército.
En la zona sublevada el poder político era ejercido por la
jerarquía militar que dirigió el golpe, siguiendo las instrucciones elaboradas
en el plan de la conspiración por Mola (“El director”), llevaron al territorio controlado la implantación de un estado militarizado
controlando todas las decisiones, desde el principio, llevadas a la práctica.
En la zona republicana el gobierno de la República fue sorprendido por
el golpe. Constató que se había quedado sin la estructura básica
institucional para responder a la situación. La capacidad de respuesta
vino de la organización espontánea de las organizaciones del Frente Popular que
organizaron las milicias y actuaron en
los primeros momentos de la guerra de forma autónoma sin una estructura
centralizada de poder para responder a los intentos golpistas de diferentes ciudades.
El avance nacionalista durante los
primeros meses de la guerra
Un factor
determinante para poder comprender la transformación de un golpe (que había fallado en la
mayor parte de España: la zona más poblada) en una guerra de tres años tan
violenta, fue la intervención directa de
dos potencias: la Alemania nazi y la Italia fascista, enviando tropas y
material de guerra sin restricción a sus aliados golpistas. El "puente aéreo" organizado
con aviones y la marina de alemanes
e italianos permitió el rápido traslado del Ejército a la península desde África, con tropas profesionales y la dotación
de material de guerra ya comprobada en su actividad colonial en Marruecos.
Los legionarios y regulares,
fuerzas profesionales superaron a las improvisadas milicias de las organizaciones del Frente
Popular, tenían el objetivo de avanzar rápidamente hacia Madrid, capital del estado y sede del gobierno con la
misión de descabezar la dirección política de la república. El coronel Yagüe que mandaba las tropas
decidió enviar una columna hacia Badajoz.
La ocupación de la ciudad
(14-15 de agosto) acabó con la resistencia de los milicianos y las fuerzas
leales y el posterior encarcelamiento de miles de personas en la plaza de toros donde
se llevó a cabo una brutal represión con miles de víctimas que escandalizó al mundo y aterrorizó a la
población civil que comenzó a huir hacia la capital ante la llegada de las
“tropas moras”, era el primer flujo de evacuados.
Evacuados mes de agosto 1936, zona de Talavera de la Reina (foto de Alfonso)
Las tropas de Franco
consiguieron enlazar las zonas sublevadas de Extremadura con Castilla-León.
Las columnas
militares continuaron hacia Madrid por el valle del Tajo ocupando pueblos y ciudades, entre ellas Talavera de la
Reina (3 de septiembre), lugar donde se dio el último intento republicano de frenar el avance
hacia la capital. Franco decidió desviar parte de las tropas para acabar con el
cerco a la guarnición sublevada en el Alcázar de Toledo. La "liberación
del Alcázar" (27 de septiembre) fue utilizada como un gran
triunfo por la propaganda de Franco que le sirvió para afianzar su posición entre los jefes
sublevados.
Mola en el frente norte tomó Irún (27 agosto-5 de septiembre) y San
Sebastián (12 de septiembre) consiguiendo el objetivo de aislar
el País Vasco de Francia. En el frente sur se acabó con la resistencia de los
mineros de Riotinto
(26 agosto) y ocuparon Ronda (17 septiembre).
La Batalla de Madrid (8 noviembre-28 marzo de 1939)
El objetivo principal era lograr derribar
a la república ocupando la capital. El plan estaba coordinado entre las tropas de Mola
que avanzarían desde el norte y las tropas de Franco que lo harían desde el
sur. En la sierra de Guadarrama (9 de julio-1 agosto) se dio la primera gran
batalla de la guerra, los milicianos consiguieron estabilizar el frente
impidiendo el avance de las tropas de Mola.
El
18 de octubre de 1936 las tropas dirigidas por Varela llegaron a las afueras de
Madrid, llevando a cabo una operación de pinza sobre la ciudad desde el sur y el oeste.
En noviembre de 1936 comenzaba la Batalla de Madrid.
El 4 de noviembre de 1936 ocuparon Alcorcón, Leganés, Getafe y Cuatro Vientos (periferia urbana).
La caída de la capital en manos de las tropas de Franco parecía inmediata.
El gobierno decretó la militarización de las milicias de los partidos del Frente Popular y de los sindicatos obreros, se formaron las primeras Brigadas Mixtas (milicianos y militares). Madrid se había convertido en centro de acogida de miles de refugiados que huían de la guerra. Los bombardeos de la aviación alemana sobre la población civil se convirtieron en una herramienta de terror constante contra la población a la que se sumaba la acción de los francotiradores sublevados (quinta columna). El pueblo madrileño movilizado para defender la ciudad lanzó el grito de "¡No pasarán!".
Este grito representó la voluntad popular madrileña de defenderse ante el asedio, todo el
mundo vio por las informaciones recibidas como se desarrollaba la violencia de la guerra.
La esperanza
de la población madrileña de salir adelante aumentó cuando llegaron las Brigadas
Internacionales, cuerpo de voluntarios civiles de distintas partes del mundo que venían a luchar para
defender la república. También llegó el primer material de guerra básico para la
defensa: tanques y aviones rusos. desde ese momento se
enfrentaron a los bombardeos de la aviación alemana; también llegó como refuerzo la columna militar
dirigida por el anarquista B. Durruti. Comenzaba la larga y dura defensa de la
capital.
Los bombardeos por
aviones de la Legión Cóndor alemana, en muchos casos sobre la población civil, se hicieron según los expertos para probar nuevas formas de terror y desafección de la población al gobierno). Hubo duros
combates en la Casa de Campo, la Ciudad Universitaria y el Puente de
los Franceses. Las tropas republicanas resistieron obligando a un cambio
táctico de las tropas de Franco que detuvo el asalto frontal ante la resistencia encontrada.
Las Batallas del Jarama y Guadalajara.
La toma de Málaga (diciembre
1936-marzo 1937)
Después
de fracasar en su ataque frontal a Madrid, Franco cambió de plan, ahora
el objetivo era cercar a la capital rompiendo sus líneas de comunicación y aprovisionamiento con el resto del territorio republicano. Primero
iniciaron el avance norte sobre la carretera de la Coruña. Y a continuación por el este querían cortar la comunicación con Valencia: la batalla del Jarama (febrero de 1937). Fue una de las batallas más
encarnizadas de la guerra, hubo gran participación de número de tropas; después del duro enfrentamiento los
republicanos obtuvieron la victoria.
Las tropas franquistas tomaron en febrero Málaga,
las tropas llevaron a cabo la toma de la ciudad contaron con la decisiva participación de tropas italianas. Después de la victoria franquista se
produjo una violenta represión por toda la ciudad. Se bombardeó durante días a la población que huía hacia Almería.
La batalla de Guadalajara (marzo de 1937), las tropas italianas
enviadas por Mussolini que se ofreció ufano a Franco tras su derrota en Jarama, después de la victoria obtenida por las
tropas fascistas en Málaga, fueron derrotadas contundentemente por las tropas republicanas. Esta victoria reforzó la voluntad de lucha de los republicanos y favoreció la creación del Ejército Popular de la República. Franco
renunció a tomar Madrid y optó por una nueva estrategia: ya no buscaba
acortar el conflicto con la ocupación de la capital, sino que planeó atacar las zonas más vulnerables y de
peores posibilidades de defensa de los republicanos llevando adelante una guerra de desgaste.
La Campaña del Norte (abril-octubre 1937)
Desde la primavera hasta el otoño de 1937, las
tropas de Franco concentraron sus esfuerzos en la conquista de la zona norte republicana, desde el comienzo del golpe la
habían aislado del resto de España. Primero el País Vasco, después Cantabria y luego
Asturias fueron ocupadas por las tropas de Franco.
Mola desencadenó el ataque sobre Vizcaya a
finales de marzo, el cuartel general de Franco ordenó el bombardeo
de Guernica (26 de abril) por
la Legión Cóndor alemana enviada por Hitler desde el principio de
la guerra; arrasó una ciudad sin interés militar. Este ataque a la población
civil en día de mercado causó un estupor general nacional e internacional. Pablo Picasso inmortalizó este ataque
en su conocido cuadro, a partir de ese momento fue el símbolo de la agresión fascista sobre la población civil. El 19 de junio las tropas navarras e
italianas ocuparon Bilbao con la
industria intacta; el gobierno vasco no había ejecutado la orden del gobierno central de
destrucción para evitar que el enemigo pudiera aprovecharse de esas importantes infraestructuras. Durante la campaña
vasca Mola murió en un accidente de avión. desaparecía una figura que podía haber competido por el poder con Franco.
El estado mayor republicano con su jefe el
coronel Rojo planeó una ofensiva sobre Brunete
(5 de julio) para acabar con el cerco sobre Madrid y frenar el avance en el
norte obligando al traslado de tropas, con escasos resultados. La ofensiva sobre Santander (marina italiana) ocupó la ciudad el día 26. Los republicanos planearon
la ofensiva de Belchite
en Aragón para disminuir la presión
franquista en el norte. Ambos planes no tuvieron éxito y las tropas franquistas
tomaron el norte republicano del país definitivamente con la caída de Gijón el
21 de octubre.
La caída
del norte tuvo graves consecuencias para la República de índole estratégica,
perdieron las minas de carbón y hierro de la zona, la industria intacta en
manos enemigas. Pero sobre todo a partir de ese momento las tropas franquistas
pudieron concentrar todos sus esfuerzos en el frente del sur y del este.
De Teruel a la batalla del Ebro (diciembre de 1937-16 de noviembre de 1938)
En diciembre de 1937 el mando republicano
organizó una ofensiva sobre Teruel, ocuparon la ciudad, el mes
de febrero una contraofensiva de Franco recuperó la ciudad el día 25. El
ejército de Franco mejor pertrechado y recuperado de la dura batalla toma la
iniciativa lanzando una gran ofensiva, la campaña
de Aragón. La superioridad de la
artillería, la aviación y las reservas de tropas fueron la clave para culminar
el 15 de abril de 1938 con la llegada de las tropas a Vinaroz (costa del Mediterráneo).
La zona republicana fue dividida en
dos, causando una crisis interna en los republicanos y a extenderse la
sensación de derrota, para recuperar la iniciativa organizaron una gran
ofensiva en la zona del Ebro, la Batalla del Ebro. El día 24 julio de 1938 las tropas
republicanas atravesaron el río causando una brecha en las posiciones enemigas,
Franco respondió acumulando unidades y material obteniendo la victoria (16 de
noviembre). Fue una dura batalla con más de 100.000 muertos, la más cruenta de
las batallas de la guerra civil y agotó las últimas reservas republicanas.
El final de la guerra (diciembre 1938-abril 1939)
El 23 de
diciembre comenzó la ofensiva sobre Cataluña. Las tropas franquistas tomaron Barcelona el día 26 de enero, Gerona el 5 de febrero; llegaron a la frontera francesa en ese mes de 1939. Durante la
ofensiva se había producido un enorme éxodo de la población, más de 500.000 personas huyeron a Francia.
El gobierno republicano resistía confiando
en que el conflicto que se vislumbraba entre las democracias y los fascismos
pudiera cambiar la situación, cualquier negociación fue imposible ni siquiera
se tuvo en cuenta la de que no hubiera represalias contra los vencidos. Las divisiones
internas se hicieron evidentes en el bando republicano; la propuesta del
gobierno de Negrín, con el apoyo de los comunistas y de los
socialistas y republicanos era: resistencia. Esperaba unir el
destino del conflicto español a la inminente guerra europea y mundial.
La
República española contaría con los aliados que le permitirían cambiar la
situación.
El día 5 de marzo el coronel Casado (jefe
del ejército del Centro) dirigía un golpe de estado junto al socialista Besteiro contra
el gobierno de Juan Negrín. Durante varios días los golpistas de
Casado lucharon contra los comunistas defensores de Madrid y del plan del
gobierno. Desde hacía meses Casado había contactado con el espionaje de Franco con
propuestas de negociación. Franco exigió la rendición incondicional y la entrega de las armas. El día 28
de marzo las tropas franquistas entraron en Madrid sin
encontrar resistencia, los últimos defensores estaban encarcelados por los
golpistas de Casado. En los siguientes días ocuparon el resto del territorio y el
día 1 de Abril de 1939 firmó
su último parte: “la guerra ha terminado”. Terminaba después de tres
duros años el sangriento enfrentamiento, comenzaba una dictadura que acabó con
el proyecto reformista democrático de la segunda república.
Evolución
política y económica de las dos zonas.
Al principio de la guerra se produjo
una violenta represión en
las dos zonas delimitadas después del golpe. Las detenciones, ejecuciones arbitrarias
y los asesinatos fueron el resultado de la acción en muchos casos vengativa que
tiñó de sangre nuestro país.
La represión en la zona sublevada se dirigió contra los
miembros de las organizaciones del Frente Popular, los representantes elegidos,
los cargos administrativos-políticos de la República, los miembros de los
sindicatos obreros y campesinos y contra intelectuales, como
Federico García Lorca, fueron víctimas del terror. La
represión estuvo organizada y controlada por las autoridades
militares; hubo participación de falangistas, derechistas, requetés y
patronos que protagonizaron acciones violentas de todo tipo.
En la zona republicana los
grupos que sufrieron la violencia fueron esencialmente los derechistas culpados
de golpismo sin juicio (muchos de ellos eran de las clases adineradas), miembros del clero. Algunos
dirigentes derechistas o fascistas como el caso de José Antonio Primo de Rivera, prisionero por tenencia ilegal de armas en Alicante al estallar
la guerra, fueron juzgados y ejecutados. En los primeros momentos en que
distintos comités actuaban de manera autónoma por su cuenta se produjeron
graves actos de violencia; siempre al margen del gobierno que tuvo como
objetivo el control de la situación y el final de las acciones violentas arbitrarias para
acabar con la represión indiscriminada.
La zona republicana
El golpe militar del 18 de julio causó
en la zona republicana una transformación social. Los comités de los partidos y sindicatos obreros se
hicieron con el control de los sectores esenciales de la economía:
transportes, suministros militares, centros de producción. El gobierno de José
Giral decretó la incautación de las empresas ratificando legalmente las
decisiones de los comités.
En el campo se produjo una ocupación
masiva de fincas, los grandes latifundios y en algunos casos, las medianas y pequeñas propiedades. En las zonas
de predominio socialista y comunista se socializó la tierra y la producción. En
las zonas de predominio anarquista se implantaron las colectivizaciones y las
comunas.
El 5 de
septiembre de 1936 comenzó un gobierno de unidad, presidido por el líder socialista Largo Caballero incluía ministros del PSOE,
PCE, Izquierda Republicana y grupos nacionalistas vascos y catalanes. En
noviembre entraron en el gobierno cuatro ministros anarquistas, entre ellos Federica
Montseny, la primera mujer ministro en España. El gobierno se trasladó a
Valencia. Estableció la creación del Ejército Popular de la República desde la
existencia de las Brigadas Mixtas (milicianos y militares)
El proyecto del gobierno de unidad
antifascista era recuperar el control de la situación y crear una estructura de
poder central para dirigir con eficiencia el esfuerzo de guerra. El plan
era difícil de llevar a cabo con la premura que la guerra exigía. La existencia
de miles de comités obreros y milicias
a menudo enfrentados entre sí, los anarquistas contra socialistas y
comunistas, dificultaba la tarea. El nacionalismo vasco de ideología
conservadora había optado por apoyar la República, en octubre se aprobó el
Estatuto vasco. José Antonio Aguirre se convirtió en el
primer lehendakari, presidente del gobierno autónomo vasco. Los
gobiernos autónomos en principio no querían que el gobierno centralizara todas
las decisiones básicas de la producción y la industria de guerra.
En la zona republicana aparecieron dos
modelos diferentes y enfrentados
entre sí. Por un lado, la CNT-FAI (anarquistas) y POUM (trosquista) comenzaron la rápida
colectivización de tierras (en algunos casos de propietarios republicanos) y
fábricas. Su plan era "Revolución durante la guerra ". Su
zona de influencia fue Cataluña, Aragón y Valencia. El otro modelo estaba
representado por los partidos republicanos (burguesía reformista), el PSOE y el
PCE defendían los planes del gobierno de control total de la
producción dentro de una economía de guerra, respetando la pequeña y mediana
propiedad. Su objetivo era "Ganar la guerra".
Los
enfrentamientos de estos dos modelos se convirtieron en realidad violenta en Barcelona, sucesos de mayo de 1937. El gobierno de la Generalitat, siguiendo
instrucciones del gobierno central, quiso eliminar comités de vigilancia,
centralizar el orden público y tomar el control de la Telefónica (centro de
comunicaciones, clave para todas las acciones de guerra) de Barcelona. La
Telefónica estaba controlada por un comité de la CNT desde el inicio de la
guerra. Esta decisión se convirtió en un enfrentamiento de los anarquistas y
los trosquistas del Poum contra las fuerzas del orden público y los comunistas
y militantes de UGT respaldando al gobierno, hubo 200 muertos y una gran crisis
del gobierno.
La crisis de
mayo de 1937 causó la dimisión del gobierno de Largo Caballero. El presidente
Azaña encargó al socialista Juan Negrín la formación del nuevo gobierno, integrado
por los partidos del Frente Popular, con una mayoría de ministros del PSOE; contaba con el apoyo tácito de la UGT y la CNT. Indalecio
Prieto asumió el Ministerio de Guerra, la
prioridad era el esfuerzo militar. Se reforzó el poder central, las milicias se integraron en el Ejército
Popular, se controló la producción para asegurar el abastecimiento de la
población y de las tropas. La ayuda de la URSS influyó en la
creciente influencia del PCE que pasó de ser un grupo pequeño a convertirse en una
fuerza muy importante tanto a nivel militar por la presencia efectiva de sus
miembros en el frente como a nivel político y a nivel intelectual, se
convirtieron en grandes defensores de la política del gobierno de Negrín. El POUM fue ilegalizado por su
participación en los sucesos de mayo de Barcelona y su dirigente Andreu Nin asesinado.
En marzo
de 1938 las tropas de Franco llegaron al Mediterráneo y dividieron
en dos la zona republicana. Dentro del gobierno se pensó en la
posibilidad de llevar a cabo una negociación
sin dejar a un lado el esfuerzo militar, el presidente Negrín propuso el conocido programa de los Trece Puntos (abril de 1938), proponía el cese de la guerra y un
proceso de elecciones democráticas. Franco dijo que solo aceptaba la
rendición incondicional. Negrín fue apoyado por el
PCE y parte del PSOE en su política de resistencia. Otros
dirigentes políticos mostraban su desconfianza, empezaban a pensar en la
imposibilidad de la victoria.
El Pacto de Munich de septiembre de 1938, firmado por Gran Bretaña y Francia con
Hitler aceptaba la ocupación nazi de los Sudetes (Checoslovaquia) aceptando el
expansionismo alemán. El mismo Negrín aceptó la retirada de las Brigadas
Internacionales ese mismo otoño y la progresiva disminución de la ayuda soviética. La caída de
Cataluña obligó a irse a Francia al gobierno donde se quedó el presidente de la república Azaña, el presidente de gobierno Juan
Negrín volvió al levante a dirigir la resistencia militar contando hasta el
final con el apoyo de las fuerzas comunistas y de otras ideologías. En marzo de 1939 el golpe
del coronel Casado contra el presidente Negrín fue el golpe definitivo al
plan de resistir y enlazar nuestra guerra con el inminente conflicto mundial.
Casado entregó la capital a Franco que exigió la rendición incondicional.
La zona nacional
La muerte del general Sanjurjo, el 20 de julio de 1936 cuando
volaba desde Portugal hacia España para hacerse cargo de la dirección de la
sublevación, dejó sin el jefe aceptado por todos los conspiradores a la sublevación.
El 24 julio tuvo lugar una reunión de
los generales sublevados en Burgos, acordaron crear la Junta de DefensaNacional (Mola, Queipo de Llano,
Franco…), presidida por el general más antiguo entre ellos, Miguel
Cabanellas. Se configuró como órgano de gobierno de la zona ocupada. Las
primeras medidas fueron: implantar el estado de guerra, suprimir
todas las libertades, con una censura rígida; se disolvieron todos
los partidos políticos, la Falange y los requetés
podían actuar subordinados al poder militar. Se toleraba a la Ceda y a los
monárquicos casi desmantelados.
La propaganda del nuevo régimen empezó a
configurar en sus publicaciones la justificación del golpe militar contra un gobierno
democráticamente elegido. La sublevación militar decían, era en realidad un Alzamiento
Nacional contra una República "marxista" y
"antiespañola". La Iglesia Católica contribuyó a configurar la teoría
con: la guerra es una Cruzada para salvar a España del
ateísmo. Se empezaron a llamar a sí mismos los “nacionales”, la prensa exterior conservadora les denominaba los “nacionalistas”.
Respecto a las medidas tomadas en el terreno
económico, primero se estableció
una economía de guerra, se suprimieron todas las reformas republicanas,
ejemplo de ello fue la devolución a los latifundistas de las tierras repartidas en la reforma
agraria, intervinieron
estableciendo una prestación personal de los campesinos para garantizar la
recogida de las cosechas. En 1937 se creó el Servicio Nacional
del Trigo para comprar a precio tasado y controlar la distribución. La
Junta pidió ayuda a la oligarquía económica que la prestó financiando el
Gobierno de Burgos. La deuda contraída por la entrega de todo el material
militar alemán e italiano, se pagó a partir de ese momento con materias primas,
el pago continuó durante muchos después de la guerra.
El 1 de octubre 1936 se publicó el decreto designando Jefe del Gobierno
del Estado y Generalísimo de los Ejércitos a Franco. La liberación del
Alcázar, el control del poderoso Ejército de África y sobre todo el apoyo de Hitler
y Mussolini que le consideraban el único interlocutor válido explican con
claridad el ascenso al poder total. El Caudillo (apelativo con claras
connotaciones fascistas) le empezó a llamar la maquinaria propagandística del
bando “nacional”. Estableció una dictadura
personal basada en un régimen militar, controlaba todo el poder. Se creó la Junta
Técnica del Estado como órgano
consultivo del dictador y desapareció la Junta de Defensa Nacional.
En enero de 1937 se incorpora al
círculo de poder de Franco su cuñado Serrano Súñer que dará una definición administrativa-doctrinal al régimen. En abril de
1937 con el Decreto de Unificación. Falangistas y carlistas
quedaron unificados de forma obligada en la Falange Española Tradicionalista y de las
JONS, donde además de falangistas y requetés se integrarían todas las
fuerzas “nacionales”. El modelo de partido único fue el del
fascismo italiano y el del nacional-socialismo alemán. Franco sería su jefe
nacional, concentrando en su persona un poder más. Las protestas de algunos
dirigentes carlistas y falangistas (Fal Conde y Hedilla) se detuvo con la
prisión o el destierro.
La Ley de la Administración
Central del Estado de 1938 concentró en Franco los poderes ejecutivo,
legislativo y judicial. Se formó el primer gobierno que juraba fidelidad al
Caudillo. El Fuero del Trabajo estaba inspirada en el fascismo
italiano, puso fin a la libertad sindical y estableció el control del estado
sobre los patronos y obreros. Se prohibieron las huelgas y las
reivindicaciones.
El nuevo estado
se declaró confesional católico. Se fijó un sueldo estatal para el clero
de la Iglesia, derogó las leyes de divorcio y de matrimonio civil, estableció
la educación religiosa en la enseñanza y el culto en el ejército, la Iglesia
quedó exenta del pago de impuestos. En
1937 la Pastoral Colectiva de los Obispos declaraba su apoyo a los sublevados. La
identificación entre el nuevo régimen naciente y la iglesia dio lugar al
término de Nacional-catolicismo.
El modelo totalitario del estado se
plasmó en la legislación que restablecía la pena de muerte e institucionalizó
la represión contra los vencidos. En febrero de 1939 se aprobó la Ley de Responsabilidades Políticas, por la que se designaba
"rebeldes" a todos los que se hubieran enfrentado al Movimiento Nacional (los sublevados o rebeldes frente a la república).
Jurídicamente el nuevo estado daba la vuelta a la realidad, convirtiendo a los
defensores de la legalidad democrática en “rebeldes”. La ley ordenaba la
formación de tribunales formados por militares, falangistas y juristas leales
al régimen encargados de la represión de la posguerra.
Las
consecuencias de la guerra civil
Consecuencias
demográficas
Las cifras son muy dispares, la
cuantificación exacta de las pérdidas demográficas que causó el conflicto es
siempre aproximada: los muertos en el frente bélico y
por la represión en la guerra y en las posguerra, el hambre,
las epidemias; la reducción de la natalidad consiguiente...
Los cálculos más
aceptados se estiman alrededor de quinientos mil muertos, el coste
demográfico de la guerra y la posguerra. Actualmente se sigue trabajando para
establecer el número de muertos en la guerra y la posterior represión. Se
debe tener en cuenta la cifra de los no nacidos por causa de la guerra y la
pérdida mucha población joven en edad de procrear respecto a la demografía general.
Otra de las consecuencias
demográficas fue el obligado exilio republicano. Durante el
conflicto, los "niños de la guerra" fueron evacuados a países
extranjeros, la gran huida tuvo lugar en enero y febrero de 1939, después de la
conquista de Cataluña y de la definitiva derrota de la república.
Se calcula que hubo cuatrocientos
cincuenta mil exiliados. Algunos volvieron durante la dictadura, muchos no lo
hicieron y murieron fuera o esperaron a la muerte del dictador en 1975. El
exilio fue una importante pérdida demográfica para el país: una población joven
y activa, incluía a amplios sectores del país: científicos, literatos, artistas,
profesionales liberales, trabajadores.
Consecuencias
económicas
La guerra fue una catástrofe
económica. Un dato concreto muestra su magnitud: la renta nacional y la renta per cápita no
recuperará el nivel de 1936 hasta la década de 1950.
Los principales sectores económicos afectados fueron:
- Destrucción
de gran parte de la industria
del país. La economía española durante los años cuarenta y siguientes fue de nuevo una economía
básicamente agraria.
- Destrucción de viviendas en toda España, se calculan en unas
doscientas cincuenta mil. Comunicaciones: carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, puertos, telefonía
(todos habían sido objetivos bélicos. Infraestructuras: servicios de agua, electricidad...
- La deuda externa contraída por los envíos alemanes
e italianos y con la banca significaron una dura carga para una población
empobrecida. El nuevo estado siguió pagando la deuda durante muchos años.
Consecuencias
sociales
La sociedad española de nuevo vio como se
daba la recuperación del control
económico y social por la oligarquía tradicional terrateniente,
industrial y financiera a
la que se unían los nuevos sectores oligárquicos del poder
económico surgidos del nuevo régimen, este grupo social será determinante en
muchas de las decisiones políticas que tomará la dictadura. Todo esto ocurría
mientras se daba la pérdida de todos
los derechos conseguidos por los trabajadores. Se perdieron las libertades individuales y colectivas al perder la ley que las reconocía: la constitución.
La guerra de España fue también una
fractura moral del país. Varias generaciones vivieron marcadas por
el sufrimiento de la guerra, el miedo, el silencio y la represión de la
posguerra y los años de la dictadura.
El régimen implantado por Franco
no buscó la reconciliación entre
todos los españoles y siempre tuvo como seña de
identidad la victoria sobre la república, recordó y celebró su origen
bélico. Las heridas de la guerra civil sobre gran parte de la población
permanecieron durante años.
Enlaces interesantes.
La guerra civil vista por los niños.
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La guerra civil vista por los niños.
TEXTOS
LA SITUACIÓN DEL GOBIERNO TRAS LA
SUBLEVACIÓN, SEGÚN AZAÑA.
Al
siguiente día del alzamiento militar el gobierno republicano se encontró en
esta situación: por un lado tenía que hacer frente al movimiento que desde las
capitales y provincias ocupadas (el noroeste y el centro de la Península y
buena parte de Andalucía) tomaba la ofensiva contra Madrid; y por otro, a la
insurrección de las masas proletarias, que sin atacar directamente al gobierno,
no le obedecían. Para combatir al fascismo, querían hacer una revolución
sindical. La amenaza más fuerte era sin duda el alzamiento militar, pero su
fuerza principal venía, por el momento, de que las masas desmandadas dejaban
inerme al gobierno frente a los enemigos de la República. Reducir aquellas
masas a la disciplina, hacerlas entrar en una organización militar del estado,
con mandos dependientes del gobierno, para sostener la guerra conforme a los
planes de un Estado Mayor, ha constituido el problema capital de la República.
MANUEL AZAÑA, Escritos políticos y de guerra
EL PNV APOYA EL FRENTE POPULAR (19 DE JULIO)
Ante los
acontecimientos que se desarrollan en el Estado español, y que tan directa y
dolorosa repercusión pudieran alcanzar sobre Euzkadi y sus destinos, el Partido
Nacionalista Vasco declara – salvando todo aquello a que le obliga su
ideología, que hoy ratifica solemnemente–, que planteada la lucha entre la
ciudadanía y el fascismo, entre la República y la Monarquía, sus principios le
llevan indeclinablemente a caer del lado de la ciudadanía y de la República, en
consonancia con el régimen demócrata y republicano que fue privativo de nuestro
pueblo en sus siglos de libertad.
Nota radiada el 19 de julio y publicada en la Hoja Oficial de Lunes del
20 de julio
PROGRAMA DE LA JUNTA DE DEFENSA NACIONAL
Unas Cortes
ganadas por el afán bolchevizante, tanto más peligrosas para la Patria cuanto
con más brío despedazaban el Estado español para ofrendárselo, insensatos, al júbilo
de las Repúblicas soviéticas. Un gobierno engendrado en el seno del marxismo
virulento y especialmente resentido de
las adversas jornadas de octubre, que no teniendo otro sostén
constitucional que los caudillos de la subversión, de la lucha de clases y del
crimen, tiene que claudicar y resignar su grandeza ante la tea del incendiario
y la pistola del asesino [...].
¡Basta!
Frente al marxismo, España. Frente a la anarquía, la ley, y llenar el abismo
odioso que separaba a los españoles con los frutos bienhechores de una sólida
obra de gobierno que asiente la solidaridad nacional bajo una autoridad
inflexible que imponga el orden público y asegure la paz, y propulse las
menguadas energías de la economía y de la industria, de cuyas iniciativas han
de nutrirse las hasta ahora desorientadas y nobles energías del trabajo.
Burgos,
23 de julio de 1936
DECRETO DE CREACIÓN DE BATALLONES
DE VOLUNTARIOS
Es propósito
del Gobierno premiar la heroica actuación de los milicianos populares que al
lado de las fuerzas leales de la República contribuyeron de manera tan decisiva
al aplastamiento de la sublevación. [...]
Artículo 1º. Se crean en Madrid los
Batallones de Voluntarios cuya recluta se hará entre los actuales milicianos
[...].
Artículo 2º. Los milicianos que ingresen
en los Batallones de Voluntarios tendrán derecho a alojamiento, manutención y
vestuario en las mismas condiciones que los soldados del ejército regular.
BOE, 3 de agosto de 1936
SITUACIÓN AL COMENZAR LA GUERRA, SEGÚN PRIETO
¿De
quién pueden estar las mayores posibilidades del triunfo en una guerra? De
quien tenga más medios, de quien disponga de más elementos. Ello es
evidentísimo. Pues bien: extensa cual es la sublevación militar que estamos
combatiendo, los medios de que dispone son inferiores a los medios del Estado
español, a los medios del Gobierno. Si la guerra, cual dijo Napoleón, se gana
principalmente a base de dinero, dinero y dinero, la superioridad financiera
del Estado, del Gobierno y de la
República es evidente.
Doy por
ciertos todos los auxilios financieros que se dicen prestados a los
organizadores de la subversión. Pero, aun dándolos por ciertos, no puedo dejar
de reconocer que esos medios han podido ser suficientes para preparar la
sublevación, para iniciarla, para desencadenaría; pero que son, a todas luces,
insuficientes para sostenerla. Podría juntarse todo el capitalismo español en
la voluntad suicida de ayudar la subversión. Pues, aun así, todos los elementos
financieros de que el capitalismo puede disponer libremente en estos instantes
son escasísimos ante los dilatadísimos del Estado...
Fragmento del discurso radiado de INDALECIO
PRIETO, El Socialista, 9 de agosto de
1936
DECRETO DE COLECTIVIZACIONES EN CATALUÑA
La criminal
sublevación militar del 19 de julio ha producido un trastorno extraordinario en
la economía del país. El Consejo de la Generalidad ha de hacerse cargo de la
reconstrucción de los estragos que ha causado a la industria y al comercio de
Cataluña la traición de los que intentaban imponer en nuestro país un régimen
de fuerza. La reacción popular producida por aquella sublevación ha sido de una
intensidad tal que ha provocado una profunda transformación económico-social,
cuyos fundamentos se están cimentando ahora en Cataluña. La acumulación de
riqueza en manos de un grupo de personas cada vez menor iba seguida de la
acumulación de la miseria en la clase trabajadora, y por el hecho de que aquel
grupo, con tal de salvar sus privilegios, no ha dudado en provocar una guerra
cruenta, y la victoria del pueblo ha de equivaler a la muerte del capitalismo.
Ahora es,
pues, necesario organizar la producción en el sentido de que el único
beneficiario sea la colectividad, el trabajador, al cual corresponderá la
función directiva del nuevo orden social. Se impone así la supresión del
concepto de renta que no provenga del propio trabajo. El principio de la
organización económica-social de la gran industria ha de ser la producción
colectivizada. La sustitución de la propiedad individual por la colectiva, la
concibe el Consejo de la Generalitat colectivizando los bienes de la gran
empresa, es decir, el capital, y dejando subsistir la propiedad privada de los
bienes de consumo y de la pequeña industria.
[...]
Artículo 1º: De acuerdo con las normas
que se establecen en el presente Decreto, las empresas industriales y
comerciales de Cataluña se clasifican en: a) Empresas colectivizadas, en las
cuales la responsabilidad de la dirección recae en los mismos obreros que las
integran, representados por un
Consejo
de Empresa. b) Empresas privadas, en las cuales la dirección está a cargo del
propietario o gerente, con la colaboración y fiscalización del Comité Obrero.
Artículo 2º: Serán obligatoriamente
colectivizadas todas las empresas industriales y comerciales que el día 30 de
junio de 1936 tenían más de cien asalariados y también aquellas en que, a pesar
de tener una cifra inferior de obreros, los patronos hayan sido declarados
facciosos o hayan abandonado la empresa. No obstante, las empresas de menos de
cien obreros podrán ser colectivizadas sí se ponen de acuerdo la mayoría de los
trabajadores y el propietario o propietarios. En las empresas de más de
cincuenta obreros y menos de cien, se podrá hacer también la colectivización
siempre que lo acuerden las tres cuartas partes de los trabajadores. [...]
Barcelona,
24 de octubre de 1936. El Consejero Primero, Josep Tarradellas. El Consejero de
Economía, Joan P. Fábregas. CONSEJERÍA DE ECONOMÍA DE LA GENERALIDAD DE CATALUÑA,
Decreto sobre colectivización y control de la industria y el comercio de Cataluña
CARTA DE STALIN A LARGO CABALLERO
Al
camarada Caballero:
Nuestro
representante plenipotenciario, camarada Rosenberg, nos ha transmitido la
expresión de sus fraternos sentimientos. También nos ha comunicado que usted se
siente inalterablemente alentado por la seguridad en la victoria. Permítanos
darle nuestras gracias fraternales por los sentimientos manifestados y significarle
que somos partícipes de su confianza en la victoria del pueblo español.
Hemos
juzgado y seguimos juzgando que es nuestro deber, en los límites de nuestras posibi- lidades, el acudir en ayuda del Gobierno español, que encabeza la lucha
de todos los trabajadores, de toda la democracia española, contra la camarilla
militar-fascista, subsidiaria de las fuerzas fascistas internacionales. La
revolución española se abre caminos que, en muchos aspectos, difieren del
camino recorrido por Rusia. Lo determina así la diferencia de premisas de orden
social, histórico y geográfico, las exigencias de la situación internacional,
distintas de las que tuvo ante sí la revolución rusa. Es muy posible que la vía parlamentaria resulte un
procedimiento de desarrollo revolucionario más eficaz en España de lo que fue
en Rusia.
Con todo,
creemos que nuestra experiencia, sobre todo la experiencia de nuestra guerra
civil, debidamente aplicada a las condiciones particulares de la lucha
revolucionaria española, puede tener determinado valor para España. Partiendo
de ello y en vista de sus insistentes ruegos, que a su debido tiempo nos ha
transmitido el camarada Rosenberg, accedimos a poner a su disposición una serie
de especialistas militares, a quienes dimos instrucciones de aconsejar en el
terreno militar a aquellos oficiales españoles en ayuda de los cuales debían
ser destinados por usted.
Se les
advirtió de modo terminante que no perdieran de vista que, con toda la
conciencia de solidaridad de que hoy están penetrados el pueblo español y los
pueblos de la URSS, el especialista soviético, por ser extranjero en España, no
puede ser realmente útil sino a condición de atenerse rigurosamente a la
función de consejero y sólo de consejero. Creemos que precisamente así utiliza
usted a nuestros camaradas militares.
Le rogamos que
nos comunique en pie de amistad en qué medida nuestros camaradas militares
saben cumplir la misión que usted les confía, ya que, naturalmente, sólo si
usted juzga positivo su trabajo puede ser oportuno que sigan en España. También
le rogamos que nos comunique directamente y sin ambages su opinión acerca del
camarada Rosenberg: si satisface al Gobierno español o conviene sustituirle por
otro representante.
Cuatro
consejos amistosos que sometemos a su discreción:
1) Convendría dedicar atención
a los campesinos, que tienen gran peso en un país agrario como es España. Sería
de desear la promulgación de decretos de carácter agrario y fiscal que
satisficieran los intereses de los campesinos. También convendría atraer a éstos
al ejército y formar en la retaguardia de los ejércitos fascistas grupos de
guerrilleros integrados por campesinos. Los decretos en favor de éstos podrían
facilitar esta cuestión.
2) Convendría atraer al lado
del Gobierno a la burguesía urbana pequeña y media, o, en todo caso, darle
la posibilidad de que adopte
una actitud de neutralidad favorable al Gobierno,
protegiéndola
de los intentos de confiscaciones y asegurando en lo posible la libertad de
comercio. En caso contrario, estos sectores seguirán a los fascistas.
3) No hay que rechazar a los
dirigentes de los partidos republicanos, sino, contrariamente, hay que
atraerlos, aproximarlos y asociarlos al esfuerzo común del Gobierno. Es en
particular necesario asegurar el apoyo al Gobierno por parte de Azaña y su
grupo, haciendo todo lo posible para ayudarles a cancelar sus vacilaciones.
Esto es también necesario para impedir que los enemigos de España vean en ella
una república comunista y prevenir así su intervención declarada, que
constituye el peligro más grave para la España
republicana.
4) Se podría encontrar la
ocasión para declarar en la prensa que el Gobierno de España no tolerará que
nadie atente contra la propiedad y los legítimos intereses de los extranjeros
en España, de los ciudadanos de los países que no apoyan a los facciosos.
Un saludo fraternal. Stalin, Molotov y Vorochilov. 21 de diciembre de 1936
Un saludo fraternal. Stalin, Molotov y Vorochilov. 21 de diciembre de 1936
RESPUESTA DE LARGO CABALLERO A STALIN
Camaradas
Stalin, Mólotov Vorochílov. Mis queridos camaradas:
La carta
que han tenido a bien mandarme por intermedio del camarada Rosenberg, me ha
proporcionado una gran alegría. Sus saludos fraternales y su ferviente fe en la
victoria del pueblo español, me han producido una profunda satisfacción. A su
cordial salutación y a su ardiente fe en nuestro triunfo, les contesto, a mi
vez, con mis mejores sentimientos.
La ayuda que
prestan ustedes al pueblo español y que se han impuesto ustedes mismos, al
considerarla como un deber, nos ha sido y continúa siendo de gran beneficio.
Estén ustedes seguros que la estimamos en su justo valor.
Del fondo
del corazón, y en nombre de España y muy especialmente en nombre de los
trabajadores, se lo agradecemos; esperamos que en lo subsiguiente, como hasta
ahora, su ayuda y sus consejos no nos han de faltar.
Tienen
ustedes razón al señalar que existen diferencias sensibles entre el desarrollo
que siguió la revolución rusa y el que sigue la nuestra. En efecto, como
ustedes mismos lo señalan, las circunstancias son diferentes: las condiciones
históricas de cada pueblo, el medio geográfico, el estado económico, la
evolución social, el desarrollo cultural y sobre todo la madurez política y
sindical dentro de la cual se han producido las dos revoluciones, es diferente.
Pero, contestando a su alusión, conviene señalar que, cualquiera que sea la
suerte que lo por venir reserva a la institución parlamentaria, ésta no goza
entre nosotros, ni aún entre los republicanos, de defensores entusiastas.
Los
camaradas que, pedidos por nosotros, han venido a ayudarnos, nos prestan un
gran servicio. Su gran experiencia nos es muy útil y contribuye de una manera
eficaz a la defensa de España en su lucha contra el fascismo. Puedo asegurarles
que desempeñan sus cargos con verdadero entusiasmo y con una valentía
extraordinaria.
En cuanto al
camarada Rosenberg, puedo decirles con franqueza que estamos satisfechos de su
conducta y actividad entre nosotros. Aquí todos lo quieren. Trabaja mucho, con
exceso, y perjudica su débil salud. Les estoy muy agradecido por los consejos
de amigo que contiene el final de su carta. Los estimo como una prueba de su
cordial amistad y de su interés por el mejor éxito de nuestra lucha.
En efecto,
el problema agrario en España es de una importancia excepcional. Desde el
primer momento nuestro Gobierno se preocupó de proteger a los agricultores,
mejorando enormemente las condiciones de su existencia. En este sentido hemos
publicado importantes decretos. Pero, desgraciadamente, no se pudo evitar,
sobre todo al principio, que se cometieran en el campo ciertos excesos, pero
tenemos una gran esperanza de que no se repetirán.
Otro tanto
puedo decirles de la pequeña burguesía. La hemos respetado y constantemente
proclamamos su derecho a vivir y a desarrollarse. Tratamos de atraerla hacia
nosotros defendiéndola contra las posibles agresiones que pudo sufrir al
principio. Absolutamente de acuerdo con lo que ustedes dicen en relación con
las fuerzas políticas republicanas. Hemos procurado, en todos los momentos,
asociarlas a la obra del Gobierno y a la lucha. Participan ampliamente en todos
los organismos
políticos y administrativos, tanto en los locales como en los provinciales y
los nacionales. Lo que ocurre es que ellas mismas no hacen nada para recalcar
su propia personalidad política.
En cuanto a
los intereses y propiedades de los extranjeros, ciudadanos de los países que no
ayudan a los rebeldes, instalados en España, han sido respetados y puestos bajo
el amparo del Gobierno. Así lo hemos hecho saber en muchas ocasiones. Y así lo
hacemos. Y con toda seguridad aprovecharé la primera ocasión para repetirlo una
vez más a todo el mundo.
Saludos
fraternales.
Francisco
Largo Caballero. Valencia, 12 de enero de 1937
RESOLUCIÓN DEL PCE TRAS LOS
SUCESOS DE MAYO
a) Rápida
formación del Ejército Regular. El cumplimiento de esta tarea exige la
absorción completa de los restos que aún subsisten de unidades militares
espontáneas, milicias sindicales y de partido, en las unidades disciplinadas,
orgánicas del ejército único [...]. Armamento e instrucción militar general y
especial. Férrea disciplina revolucionaria de guerra [...].
g) Educar al
pueblo en el odio y la intransigencia hasta el exterminio contra el fascismo
nacional y extranjero que invade y arrasa con sus armas muestro país y que
traiciona la retaguardia, pero también contra sus agentes disfrazados de
revolucionarios que actúan en el seno de las organizaciones antifascistas.
Resolución del Pleno del Partido Comunista de España, mayo de
1937
EL POUM Y LAS JORNADAS DE MAYO
El Comité
Central ampliado del POUM, reunido en Barcelona los días 11 y 12 de mayo,
después de analizar los hechos revolucionarios vividos en Barcelona [...], ha
tomado por unanimidad la siguiente resolución:
1. Las provocaciones constantes
de la contrarrevolución, encarnada en los partidos reformistas del PSUC y de la
pequeña burguesía, provocaciones que tendían a liquidar las conquistas
revolucionarias ganadas por la clase trabajadora el 19 de julio, con las armas
en la mano, y que culminaron el 3 de mayo con el intento de asalto al edificio
de la Telefónica, determinaron la protesta armada del proletariado.
2. La posición política del
POUM no podía ser otra que la solidaridad activa con los trabajadores que
espontáneamente declararon la huelga general, levantaron barricadas en las
calles de Barcelona y supieron defender, con un heroísmo ejemplar, las
amenazadas conquistas de la revolución.
3. Faltos los trabajadores que
luchaban en la calle de unos objetivos concretos y de una dirección
responsable, el POUM no podía hacer otra cosa que ordenar y organizar una
retirada estratégica, [...]
4. La experiencia de las
"jornadas de mayo" demuestra, de una manera inequívoca, que la única
salida progresiva de la situación actual es la toma del Poder por la clase
trabajadora, y para ello es imprescindible coordinar la acción revolucionaria
de las masas obreras mediante la constitución de un Frente Obrero
Revolucionario [...]
El Comité
Central ampliado considera que ha sido completamente justa la política seguida
por el Partido durante los acontecimientos y se solidariza en un todo con el
Comité Ejecutivo, convencido de que ha sabido defender los intereses de la
revolución y de las grandes masas trabajadoras.
Resolución del Comité Central de POUM
sobre los Sucesos de Mayo
INVOCACIONES ECLESIÁSTICAS
DURANTE LA GUERRA CIVIL
Marcelino
Olaechea (obispo de Pamplona), Diario de Navarra, 23 de agosto de 1936: No
es una guerra la que se está librando, es una cruzada, y la Iglesia, mientras
pide a Dios la paz y el ahorro de la sangre de todos sus hijos –de los que la
aman y luchan por defenderla y de los que la ultrajan y quieren su ruina– no
puede menos que poner cuanto tienen en favor de sus cruzados.
Enrique Pla y Deniel (obispo de Salamanca),
pastoral Las dos ciudades, 30 de
septiembre de 1936: ¿Cómo se explica, pues, que hayan apoyado el actual
alzamiento los prelados españoles y el mismo Romano Pontífice haya bendecido a
los que luchan en uno de los campos? La explicación plenísima nos la da el
carácter de la actual lucha, que convierte a España en espectáculo para el
mundo entero. Reviste, sí, la forma externa de una guerra civil; pero, en
realidad, es una cruzada. [...] cuando los sacrilegios, asesinatos e incendios
se han verificado antes de todo apoyo oficial de la Iglesia; cuando el Gobierno
no contestó siquiera a las razonadas protestas del Romano Pontífice; cuando el
mismo gobierno ha ido desapareciendo de hecho, [...] y se ha visto desbordado
por turbas anarquizantes [...] ¡ah! Entonces ya nadie ha podido recriminar a la Iglesia porque se haya
abierta y oficialmente pronunciado a favor del orden y contra la anarquía, a
favor de la implantación de un gobierno jerárquico contra el disolvente
comunismo [...]. Ya no se ha tratado de una guerra civil, sino de una cruzada
por la religión y por la Patria y por la civilización.
Carta Colectiva del Episcopado Español (1 de julio de 1937): El alzamiento cívico-militar fue en
su origen un movimiento nacional de defensa de los principios fundamentales de
toda sociedad civilizada; en su desarrollo, lo ha sido contra la anarquía
coligada con las fuerzas al servicio de un gobierno que no supo o no quiso
tutelar aquellos principios. Consecuencia de esta afirmación son las
conclusiones siguientes:
Primera. Que la iglesia a pesar de su
espíritu de paz y de no haber querido la guerra ni haber colaborado en ella, no
podía ser indiferente en la lucha: se lo impedían su doctrina y su espíritu, el
sentido de conservación y la experiencia de Rusia [...].
Cuarta. Hoy por hoy no hay en España más
esperanza para reconquistar la justicia y la paz y los bienes que de ellas derivan
que el triunfo del movimiento nacional. Tal vez hoy menos que en los comienzos
de la guerra, porque el bando contrario, a pesar de todos los esfuerzos de sus
hombres de gobierno no ofrece garantías de estabilidad política y social.
Teodoro Rodríguez, Carácter religioso de la guerra de España
(Incompatibilidad entre el Comunismo y el Catolicismo), texto mecanografiado con las tachaduras(línea encima de las palabras)
de la Censura: Prueba evidente e incontrovertible de [que de] los dos
bandos que hay en España uno es francamente hostil al catolicismo [...] y el
otro es católico, es que en la España de Franco [...] no se da un solo caso de
que un sacerdote cualquiera tenga que disfrazarse para poder vivir sin peligro
de la vida. El único peligro para el clero en la zona liberada está en
los rojos que en ella existen disfrazados de nacionales. En cambio, en la
zona roja la inmensa mayoría [...] han vivido y viven disfrazados y ocultos.
[...] El exterminio de los enemigos o el perdón incondicional
[...] no sería justo ni cristiano, y nosotros creemos que el Nuevo
Estado, el que lleve las características de la España grande y gloriosa de
nuestra historia, ha de fundarse en la justicia y en la equidad
aureoladas por una piedad prudente, compatible con las dos virtudes anteriores.
ELECCIÓN DEL GENERAL FRANCO
La Junta de
la Defensa Nacional, creada por decreto de 24 de julio de 1936, y el régimen
provisional de mandos combinados respondían a las más apremiantes necesidades
de la liberación de España. Organizada con perfecta normalidad la vida civil en
las provincias rescatadas y establecido el enlace entre los varios frentes de
los ejércitos que luchan por la salvación de la patria, a la vez que por la
causa de la civilización, impónese ya un
régimen orgánico y eficiente, que responda adecuadamente a la nueva realidad
española y prepare, con la máxima autoridad, su porvenir.
Razones de todo
linaje señalan la alta conveniencia de concentrar en un solo poder todos
aquellos que han de conducir a la victoria final, y al establecimiento,
consolidación y desarrollo del nuevo Estado, con la asistencia fervorosa de la
nación. En consideración a los motivos expuestos, y segura de interpretar el
verdadero sentir nacional, esta Junta, al servicio de España, promulga el
siguiente DECRETO:
Artículo 1°. En cumplimiento de acuerdo
adoptado por la Junta de Defensa Nacional, se nombra Jefe del Gobierno del
Estado español al Excelentísimo señor General de División don Francisco Franco
Bahamonde, quien asumirá todos los poderes del nuevo Estado.
Art. 2°. Se le nombra, asimismo
generalísimo de las fuerzas nacionales de Tierra, Mar y Aire, y se le confiere
el cargo de general jefe de los ejércitos de operaciones.
Art. 3º. Dicha proclamación será
revestida de forma solemne, ante representación adecuada de todos los elementos
nacionales que integran este movimiento liberador, y de ella se hará la
oportuna comunicación a los Gobiernos extranjeros. [...]
Dado en Burgos a 29 de septiembre
de 1936 (Boletín Oficial de la Junta de
Defensa Nacional)
PRIMERA
CARACTERIZACIÓN DEL RÉGIMEN
España
se organiza dentro de un amplio concepto totalitario mediante aquellas instituciones nacionales que aseguren su
totalidad, su unidad y continuidad. La implantación de los más severos
principios de autoridad que implica este movimiento no tiene justificación en
el carácter militar, sino en la necesidad de un regular funcionamiento de las
complejas energías de la Patria. [...] Desprestigiado el sufragio universal
inorgánico, [...] la voluntad nacional se manifestará oportunamente a través de
aquellos órganos técnicos y corporaciones que, enraizados en la entraña misma
del país, representen de una manera auténtica su ideal y sus necesidades. [...]
En su aspecto social, el trabajo tendrá una garantía absoluta, evitando que sea
servidumbre al capitalismo y que se organice como clase, adoptando actitudes
combativas que le inhabiliten para colaboraciones conscientes. [...] El estado,
sin ser confesional, concordará con la Iglesia católica, respetando la
tradición nacional y el sentimiento religioso de la inmensa mayoría de los
españoles, sin que ello signifique intromisión ni reste libertad para la
dirección de las funciones específicas del Estado.
Francisco Franco, Dircurso radiofónico en Radio Castilla, 1
de octubre de 1936
LA DISCIPLINA EN EL BANDO FRANQUISTA
Tengo
noticias de haber existido gravísima cobardía en conducta coronel Díaz Freijo,
comandante militar Gerrido de Oro, comandante Clar, capitán Sanchiz y otros, y
haber sido desobedecidas mis órdenes movilización y organización fuerzas
defensivas isla. [...]
Reúna todos
los telegramas que dirigí a comandante militar con órdenes de movilización
total y preparación defensora de la isla y forme juicio al coronel comandante
militar y jefes de Estado Mayor que incumplieron mis órdenes y carabineros que
en Pollensa y Manacor hicieron fuego contra la fuerza que fue a someterlos.
Debe juzgárseles y aplicárseles las severas penas a que se han hecho
acreedores.
Igualmente
procede juzgar y ejecutar sentencias contra todos los que directa o
indirectamente hayan favorecido o intentado favorecer los planes enemigos o por
cobardía hayan pecado. Es necesario organizar Mallorca llamando a los
reemplazos [...].
Francisco
Franco. Mensaje cifrado dirigido por radio a Mallorca el 7 de octubre de 1936
DECRETO DE UNIFICACIÓN DE
FALANGISTAS Y TRADICIONALISTAS
Una
acción de gobierno eficiente, cual cumple ser la del nuevo Estado español,
nacido, por otra parte, bajo el signo de la unidad y la grandeza de la Patria,
exige supeditar a su destino común la acción individual y colectiva de todos
los españoles. Esta verdad, tan claramente percibida por el buen sentido del
pueblo español, es incompatible con la lucha de partidos y organizaciones
políticas que si bien todas pugnan noblemente por el mejor servicio de España,
gastan sus mejores energías en la lucha por el predominio de sus estilo
peculiares o, lo que es peor, en cuestiones de tipo personalista que dan lugar
a discordias pequeñas dentro las organizaciones resucitando la vieja intriga
política y poniendo en trance de descomposición organizaciones y fuerzas cuyas
masas se mueven a impulsos de los más puros ideales. Llegada la guerra a punto
muy avanzado y próxima la hora victoriosa, urge ya acometer la gran tarea de paz, cristalizando en el Estado
nuevo el pensamiento y el estilo de nuestra Revolución Nacional. Unidos
por un pensamiento y una disciplina común,
los españoles todos han de ocupar su puesto en la gran tarea.
Esta unificación
que exijo en el nombre de España y en el nombre sagrado de los que por ella
cayeron –héroes y mártires–, a los que todos y siempre guardaremos fidelidad,
no quiere decir ni conglomerado de fuerzas ni mera concentración gubernamental,
ni unión pasajera. Para afrontarla de modo decisivo y eficaz hay que huir de la
creación de un partido de tipo artificial, siendo, por el contrario, necesario
recoger el calor de todas las aportaciones para integrarlas, por vía de
superación, en una sola entidad política nacional, enlace entre el Estado y la
Sociedad, garantía de la continuidad política y de adhesión viva del pueblo al
Estado. Precisa para ello tener en cuenta que, aparte valiosísimas aportaciones
colectivas e individuales de patriotas que desde la primera hora
voluntariamente vistieron uniformes de Soldados de España, Falange Española y
Requetés han sido los dos exponentes auténticos del espíritu del alzamiento
nacional iniciado por nuestro glorioso Ejército el 17 de julio.
Como en
otros países de régimen totalitario, la fuerza tradicional viene ahora en
España a integrarse en la fuerza nueva. Falange Española aportó con su programa
masas juveniles, propagandas con un estilo nuevo, una forma política y heroica
del tiempo presente y una promesa de plenitud española. Los Requetés, junto a
su ímpetu guerrero, el sagrado depósito de la tradición española tenazmente
conservado a través del tiempo, con su espiritualidad católica, que fue
elemento formativo de nuestra nacionalidad y en cuyos principios eternos de
moralidad y justicia ha de seguir inspirándose. Siendo uno el sentir de las
organizaciones, análoga la inquietud patriótica que las anima, con un ansia de
unión, respaldada por el anhelo con que España la espera, no debe ésta
retrasarse más.
Así pues, fundidas
sus virtudes, estas dos grandes fuerzas tradicionales hacen su presencia
directa y solidaria con el servicio del Estado. Su norma programática está
constituida por los veintiséis puntos de Falange Española; debiéndose hacer
constar que como el movimiento que conducimos es precisamente esto más que un
programa, no será cosa rígida ni estática, sino sujeto en cada caso, al trabajo
de revisión y mejora que la realidad aconseje.
Cuando
hayamos dado fin a esta ingente tarea de reconstrucción espiritual y material,
si las necesidades patrias y los sentimientos del país así lo aconsejaran, no
cerramos el horizonte a la posibilidad de restaurar en la nación el régimen
secular que forjó su unidad y su grandeza histórica.
Por todo lo expuesto, DISPONGO:
Artículo 1º. Falange Española y
Requetés, con sus actuales servicios y elementos, se integran bajo mi Jefatura
en una sola entidad política de carácter nacional que, de momento, de
denominará Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Esta organización,
intermedia entre la Sociedad y el Estado, tiene la misión principal de
comunicar al Estado el aliento del Pueblo, y de llevar a éste el pensamiento de
aquel a través de las virtudes político-morales, de servicio, jerarquía y
hermandad. Son originariamente, y por propio derecho, afiliados de la nueva
organización todos los que en el día de la publicación de este Decreto posean
el carnet de Falange Española o de la Comunión Tradicionalista, y podrán serlo,
previa admisión, los españoles que lo soliciten. Quedan disueltas las demás
organizaciones y partidos políticos.
Artículo 2º. Serán órganos rectores de
la nueva entidad política Nacional el jefe del Estado, un Secretariado o Junta
Política y el Consejo Nacional. Corresponde al Secretariado o Junta Política
establecer la constitución interna de la entidad para el logro de su finalidad
principal, auxiliar a su jefe en la preparación de la estructura orgánica y
funcional del estado, y colaborar en todo caso a la acción de Gobierno. La
mitad de sus miembros, con los que iniciará sus tareas, serán designados por el
jefe del estado, y la otra mitad elegidos por el Consejo Nacional. El Consejo
Nacional conocerá de los grandes problemas nacionales que el jefe del Estado le
someta en los términos que se establecerán en disposiciones complementarias.
Mientras se organizan los trabajos encaminados a la organización definitiva del
Nuevo Estado totalitario, se irá dando realidad a los anhelos nacionales de que
participen en los organismos de servicio del Estado los componentes de Falange
Española Tradicionalista y de las JONS para que les impriman ritmo nuevo.
Artículo 3º. Quedan fundidas en una sola
Milicia Nacional las de Falange Española y la de Requetés, conservando sus
emblemas y signos exteriores. A ella se incorporarán también, con los honores
ganados en la guerra, las demás milicias combatientes. La Milicia Nacional es
auxiliar del Ejército. El jefe del Estado es jefe supremo de la Milicia. Será
jefe directo un general del Ejército con dos subjefes militares procedentes,
respectivamente, de las Milicias de Falange Española y de Requetés. Para
mantener la pureza de su estilo se nombrarán dos asesores políticos del mando.
Dado en Salamanca a 19 de abril de 1937.
EL ÚLTIMO AÑO
LOS TRECE PUNTOS DE NEGRÍN
El
Gobierno de Unión Nacional declara solemnemente, para conocimiento de sus
compatriotas y noticia del mundo, que sus fines de guerra son:
1º. Asegurar la independencia absoluta y la integridad total de España.
2º. Liberación de nuestro territorio de fuerzas militares extranjeras [...]
3º. República popular representada por un Estado vigoroso [...].
6º. El Estado español garantizará la plenitud de derechos al ciudadano en la vida civil y social, la libertad de conciencia y asegurará el libre ejercicio de las creencias y prácticas religiosas[...].
7º. El Estado garantizará la propiedad, legal y legítimamente adquirida [...].
13º. Amplia amnistía para todos los españoles que quieran cooperar a la inmensa labor de reconstrucción y engrandecimiento de España [...]. Cometerá un delito de traición a los destinos de nuestra patria aquél que no reprime y ahogue toda idea de venganza y represalia.
- 1 de mayo de 1938
DIMISIÓN DE AZAÑA
Excelentísimo
señor:
Desde que el
General Jefe del Estado Mayor Central me hizo saber que la guerra estaba
perdida para la República, sin remedio alguno, y antes de que a consecuencia de
la derrota el Gobierno aconsejara y organizara mi salida de España, he cumplido
el deber de recomendar y de proponer al Gobierno, en la persona de su jefe, el
inmediato ajuste de una paz en condiciones humanitarias, para ahorrar a los
defensores del régimen y al país entero nuevos y estériles sacrificios [...].
El
reconocimiento de un Gobierno legal en Burgos por parte de las potencias,
singularmente Francia e Inglaterra, me priva de la representación jurídica
internacional necesaria para hacer oír de los Gobiernos extranjeros, con la
autoridad oficial de mi cargo, lo que no es solamente un dictado de mi
conciencia de español, sino el anhelo profundo de la inmensa mayoría de nuestro
pueblo. Desaparecido el aparato político del Estado, Parlamento,
representaciones superiores de los partidos, etc., carezco, dentro y fuera de
España, de los órganos de Consejo y de acción indispensables para la función
presidencial de encauzar la actividad de gobierno en la forma que las
circunstancias exigen con imperio. En condiciones tales, me es imposible
conservar ni siquiera nominalmente un cargo al que no renuncié el mismo día que
salí de España porque esperaba ver aprovechado este lapso de tiempo en bien de
la paz.
Pongo, pues,
en manos de V. E., como presidente de las Cortes, mi dimisión de presidente de
la República, a fin de que se digne darle la tramitación que sea procedente.
Manuel Azaña, Comunicación al
presidente de las Cortes del 27 de febrero de 1939
LA PROPUESTA DE PAZ DE BESTEIRO
El consejero de Estado, camarada Besteiro, se ha dirigido anoche por radio a todos los españoles.
He aquí el texto
taquigráfico de su alocución:
“La
necesidad de sofocar el pasado levantamiento comunista y los cuidados
conducentes a prevenir la repetición de semejantes contingencias no han hecho
olvidar un momento al Consejo Nacional de Defensa, lo que constituye su misión
y la verdadera razón de su existencia.
Hoy,
restablecida la normalidad, el Consejo Nacional de Defensa siente reforzada su
autoridad y fortalecido su convencimiento de que interpreta una inequívoca
voluntad general, encaminada a conseguir, lo más rápidamente posible, una paz
honrosa. Es, además, nuestro deseo tener a la opinión debidamente informada del
proceso de nuestra actuación para el logro de esa anhelada finalidad.
En
prueba de ello queremos poner en vuestro conocimiento los términos exactos de
la
comunicación
que el Consejo Nacional de Defensa dirige al Gobierno nacionalista,
sirviéndonos de la radio como el medio más rápido y de máxima difusión. Ese
comunicado dice así:
“Ha llegado
el momento de que este Consejo Nacional de Defensa se dedique por completo a su
misión, y, en consecuencia, se dirige a ese Gobierno para hacerle presente que
estamos dispuestos a llevar a efecto negociaciones que nos aseguren una paz
honrosa y que al mismo tiempo puedan evitar estériles efusiones de sangre.
Esperamos su decisión”.
El Socialista, 19 de marzo de 1939
CONSECUENCIAS Y VALORACIONES
LA CAUSA DE LA DERROTA DE LOS
REPUBLICANOS EN LA GUERRA CIVIL
Manuel Azaña: Lo que me ha dado un hachazo terrible, en lo más profundo de
mi intimidad, es, con motivo de la guerra, haber descubierto la falta de
solidaridad nacional. A muy pocos nos importa la idea nacional, pero a qué
pocos. Ni aun el peligro de la guerra ha servido de soldador. Al contrario: se
ha aprovechado para que cada cual tire por su
lado.
Besteiro:
La verdad real: estamos derrotados por nuestras propias culpas. Estamos derrotados
nacionalmente por habernos dejado arrastrar a la línea bolchevique, que es la
aberración política más grande que han conocido quizás los siglos. La política
internacional rusa, en manos de Stalin y tal vez como reacción contra un estado
de fracaso interior, se ha convertido en un crimen monstruoso que supera en
mucho las más macabras concepciones de Dostoievski y de Tolstoi. La reacción
contra ese error de la República de dejarse arrastrar a la línea bolchevique la
representan genuinamente, sean los que quieran sus defectos, los nacionalistas
que se han batido en la gran cruzada antikomintern.
Gregorio Marañón: Tendremos que estar maldiciendo varios años la estupidez y
la canallería de estos cretinos criminales, y aún no habremos acabado. ¿Cómo
poner peros, aunque los haya, a los del otro lado (a los nacionales)?
UNA DIFÍCIL RECONCILIACIÓN
Manuel Azaña, 1938: Es obligación
moral, sobre todo de los que padecen la guerra, cuando se acabe como nosotros
queremos que se acabe, sacar de la lección y de la musa del escarmiento el
mayor bien posible y cuando la antorcha pase a otras manos, a otros hombres, a
otras generaciones, que se acordarán, si alguna vez sienten que les hierve la
sangre iracunda y otra vez el genio español vuelve a enfurecerse con la intolerancia
y con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y que
escuchen su lección: la de esos hombres que han caído embravecidos en la
batalla luchando magnánimamente por un ideal grandioso y que ahora, abrigados
en la tierra materna, ya no tienen
odio, ya no tienen rencor y nos
envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria
eterna que dice a todos sus hijos: paz, piedad y perdón.
Cardenal Gomá “Lecciones de la guerra y deberes de la
paz”, 8 de agosto de 1939. Prohibida su difusión en los diarios: La paz no
será durable ni verdadera si cada español, si todos los españoles no abrimos
nuestros brazos de hermano para estrechar contra nuestro pecho a todos
nuestros hermanos. Y lo somos todos,
[...] los de uno y otro bando. Quiere ello decir que tenemos el deber de
perdonar y de amar a los que han sido nuestros enemigos. [...] nos consta, por
conductos autorizados y múltiples, hasta por nuestras conversaciones con
vosotros, que se mantiene vivo el odio en muchos corazones por el recuerdo de
los lamentabilísimos hechos pasados. [...] Sabemos que se mantiene vivo el
espíritu de desquite entre los bandos de algunas localidades y que en otros los
agraviados se han tomado la justicia por su mano. [...] Un poema ditirámbico
que se canta en loor de los “caídos”, con pupilas de estrellas y séquito de
luceros, es bellísima ficción poética, que no pasa de la categoría literaria.
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