La intervención en Marruecos:
En el contexto del imperialismo europeo del siglo XIX-XX, España después de perder las colonias en el desastre del 98 (derrota frente a EE.UU.), deseaba recuperar la posición internacional de
seguir siendo potencia colonial. Debido a su debilidad económica y militar tuvo
que asumir un papel que estaba supeditado a las decisiones de las grandes
potencias imperialistas del momento, durante las crisis marroquíes entre Francia,
Inglaterra y Alemania precursoras
del posterior enfrentamiento armado en la I Guerra Mundial.
En 1906 se organizó la Conferencia de
Algeciras, que asignó a España la administración del norte de
Marruecos (la región montañosa del Rif entre Ceuta y Melilla dos plazas fortificadas que eran
posesiones españolas desde hacía siglos), correspondiendo a Francia el sur del
país (zona más extensa y de mayor valor económico). Esta región se sumaba al Sahara
español y a la Guinea Española, como parte del imperio colonial
español en África.
La implantación imperialista española fue muy escasa y tardía, siendo más
nominal que efectiva, vinculada
a la obtención de recursos naturales destinados a satisfacer intereses
empresariales, la población colonial
española era fundamentalmente militar y personal minero.
La colonización del Marruecos español ,
oficialmente un protectorado con capital en Tetuán, se inició tras la
firma del tratado de Fez con Francia en 1912 en donde se fijaron las fronteras
e influencia de cada metrópoli. La ocupación colonial se encontró con la
resistencia organizada de las cabilas bereberes (población autóctona del
Rif).
En 1909, las cabilas rifeñas habían logrado derrotar
gravemente en El Barranco del Lobo al ejército español, que
protegía a los trabajadores de un ferrocarril minero en Melilla. Estos hechos fueron la causa directa de la semana
trágica de Barcelona que se produjo como protesta ante el llamamiento a filas de los reservistas para
ir a Marruecos, el gobierno reprimió violentamente las protestas.
La ocupación del Rif prosiguió lentamente, fijando
posiciones defensivas con la construcción de un sistema de blocaos (pequeños
fortines) con el objetivo de constituir la base estratégica de una ocupación efectiva.
En 1921 se produjo una acción militar por parte del general
Silvestre para acabar con la presencia organizada de la guerrilla rifeña adentrándose en territorio de las cabilas rifeñas. La respuesta militar organizada por el líder rifeño Abdel-Krim,
con una emboscada a las tropas españolas desplegadas en un área que los rifeños
conocían y controlaban, produjo una grave derrota conocida como el desastre
de Annual, con un número de muertos entre 9.000 y 13.000 personas, muchos
en una desbandada y repliegue hacia Melilla que estaba a más de 150 kilómetros.
Las repercusiones políticas fueron muy
importantes, acentuando la crisis del
régimen político de la Restauración y llegándose a cuestionar el papel del Rey
en las decisiones militares tomadas en Marruecos. El rechazo al militarismo
como forma de presión de la parte de la sociedad
más vulnerable al llamamiento a
filas, las clases populares; la creciente impopularidad de la
aventura colonial y los enormes costes humanos, además
de las posibles implicaciones de la corona expuestas por diputados de la oposición en las
Cortes, llevaron a la constitución de una
comisión para hacer una investigación en profundidad dirigida por el
general Picasso, el Expediente Picasso. El prestigio social de
republicanos y socialistas que defendían el abandono de la aventura
colonial en Marruecos y evitar los altos
costes humanos fue en aumento; mientras el ejército y la monarquía aparecían
como los actores más importantes del desastre. Ambas instituciones aparecían
señaladas en la investigación de manera poco defendible, siendo esta situación
una de las causas fundamentales del golpe de estado de Primo de Rivera en 1923
junto al grave conflicto social que vivía nuestro país, sobre todo en Barcelona y el campo andaluz.
La gran guerra de
1914-18 que enfrentó a las potencias centrales (Alemania y el Imperio
Austrohúngaro) contra los aliados
de la entente (Francia, Gran Bretaña y Rusia) influyó en la vida de nuestro país. Desde España fue
seguida con gran expectación
distinguiéndose dos claros sectores los aliadófilos apoyados por los sectores liberales de la sociedad y los germanófilos defendidos por sectores más
conservadores.
En España la declaración de neutralidad mostraba
claramente el mal estado en el que se encontraba el ejército español y la situación
social general de España. La existencia de germanófilos y aliadófilos entre los
distintos partidos y grupos sociales reproducía la posición social de sectores de la sociedad española. Los conservadores apoyaban a
Alemania y Austria, considerados como los representantes del orden disciplinario-prusiano,
la autoridad y la tradición imbuida de sentimientos reaccionarios. Los
liberales simpatizaban con los aliados, vinculados a "la razón, la modernidad,
el derecho y la libertad" como valores del parlamentarismo liberal. Solamente
se cuestionó la neutralidad y la germanofilia conservadora que se expresaba en sus medios de comunicación durante la
campaña de los submarinos alemanes, que hundieron decenas de
mercantes españoles que comerciaban libremente.
Las consecuencias en España de la guerra fueron de
carácter económico y social. La
industrialización y modernización
iniciada a principios de siglo se consolidó ante el crecimiento de las exportaciones que
los bandos contendientes demandaban. Hubo un período de fuerte aumento de
la producción industrial y un gran desarrollo del comercio
exterior. Los sectores tradicionales de producción fueron los más destacados, el textil, la
siderurgia, el carbón, o el cereal. Aparecieron sectores nuevos: la industria
química, las armas ligeras o la construcción naval relacionados con la demanda bélica de los países en guerra.
La balanza comercial española se equilibró, se
canceló la deuda externa, acumulándose importantes reservas de oro. Los
beneficios empresariales fueron espectaculares, dándose una gran acumulación de
capitales que no fueron destinados a buscar nuevas inversiones para tener en
cuenta y prevenir el cambio de las condiciones económicas con el final de la guerra. El factor predominante fue el gran crecimiento económico de las empresas industriales y de los
latifundistas cerealistas, grandes beneficiados de la guerra mundial .
El alza de los precios (inflación) en el mercado interior, subieron los precios, los trabajadores perdieron capacidad adquisitiva de los productos básicos debido a la escasez relativa, la distribución empresarial favorecía a las exportaciones internacionales.
Este gran aumento de precios de los productos básicos no fue
acompañado de una subida salarial que permitiera un nivel de compra similar y equiparable al comienzo de la guerra. Los trabajadores
veían como la bonanza económica de las élites no repercutía de la misma manera
en sus vidas. Muchas trabajadores se quedaron en paro cuando los países en guerra firmaron la paz y empezaron a producir.
La precariedad, la especulación, la carestía de productos
de primera necesidad fueron la causa de los motines de subsistencia de algunas zonas que se generalizaron. Los conflictos laborales que los dos grandes sindicatos: la CNT y la UGT,
dirigieron para acabar con la penuria de los trabajadores más afectados fueron
respondidos con una dura represión.
(La epidemia de gripe mundial,
llamada gripe española fue el trágico colofón a la guerra, generando
millones de muertos por todo el mundo, cerca de 200.000 en nuestro país).
La crisis de 1917 y el trienio bolchevique
(1918-1921):
España entró en un periodo de conflicto social continuo debido
a las grandes diferencias económicas, dependiendo de la pertenencia a las clases
trabajadoras o a las empresariales, las diferencias económicas y la pobreza históricas de las clases trabajadoras no se atenuaron
sino que se acentuaron. El triunfo de la revolución rusa de octubre de 1917
dirigida por los bolcheviques (mayoría del P.S.D. Ruso) junto a la situación
política y social de España fue vista con temor por los grupos dirigentes del país y con gran esperanza
en la emancipación revolucionaria por parte de las clases trabajadoras.
Tres grandes conflictos se dieron este mismo año, historiográficamente
llamada crisis de 1917.
Se produjo un enfrentamiento entre el gobierno y el
ejército peninsular, que reclamaba mejoras salariales y laborales teniendo en cuenta el año de inicio de la carrera militar que se veía modificado por la gran cantidad de
oficiales beneficiados
por los ascensos por "méritos de guerra" (en muchos casos injustificados) entre los destinados en Marruecos: los africanistas; que les adelantaban en el escalafón, fue
un factor clave en el origen de este conflicto. Se crearon las llamadas Juntas
de Defensa, que denunciaban la situación de los militares y se erigieron en
un grupo de presión dentro del Ejército con influencia y repercusión en la política.
El gobierno de Dato en vez de disolverlo, legalizó las Juntas de Defensa que se convirtió en un órgano de presión sobre el poder político y
antecedente claro de otras organizaciones que se formarán posteriormente para
intervenir directamente en la política nacional. Muchos militares participaron en la represión
de la huelga general de los trabajadores, defendían los intereses de las élites gobernantes
frente a los trabajadores, abriéndose una brecha estratégica por las claras
diferencias de posición frente a la crisis. Al mismo tiempo se va configurando
entre los nuevos mandos del ejército de
Marruecos, los militares africanistas (Sanjurjo, Mola, Goded o
Franco) un grupo que influirá en la
política por sus posiciones monárquicas muy conservadoras frente al
nacionalismo, a los republicanos y al movimiento obrero. Durante la II república aparecerán dirigiendo
el golpe contra el sistema democrático.
-La crisis política se hizo patente con
la suspensión de las garantías constitucionales y la disolución
de las cortes por parte del gobierno conservador de Dato, en mitad de
una de las habituales crisis de los gobiernos del turno. La burguesía
catalana de la Lliga regionalista, liderada por Cambó, convocó
a la oposición a una Asamblea de Parlamentarios que se
celebró en Barcelona el 19 de julio, a la que asistieron republicanos
y socialistas. Se aprobó una moción que pedía un cambio de gobierno, una reforma constitucional y unas cortes constituyentes. La disolución de la Asamblea por
parte de la Guardia Civil acabó con la reunión y la continuidad de la asamblea de parlamentarios. Posteriormente se
empezarán a forjar nuevas formas de gobierno conservador por miedo a la revolución, empezó en España a formarse los gobiernos de concentración, integrado por liberales, conservadores y miembros del catalanismo político (Cambó se
convirtió en ministro de la corona), coincidían así las burguesías turnistas y las catalanistas en su objetivo prioritario
de frenar a las clases trabajadoras.
-En agosto, la UGT y la CNT declararon la huelga general revolucionaria en España ante el
agravamiento de la vida de los trabajadores. Planteaban reivindicaciones
de carácter social y salarial haciendo hincapié en la necesidad de
democratización de la vida política, pedían la solución a los graves problemas de
la clase trabajadora. El alcance de la huelga fue desigual, centrándose
en Barcelona, Madrid y Bilbao o Asturias frente a una dura represión. El miedo de las clases
dirigentes turnistas de la restauración y de la
burguesía catalana, socios en los objetivos de cercenar cualquier acción que
cuestionara su posición dominante, desencadenó una feroz represión del
ejército, convertido en elemento imprescindible y aliado necesario para mantener el sistema de poder existente
sin modificación alguna, la lucha entre la clase dirigente conservadora frente al
movimiento obrero contó con un aliado constante en la dura represión: el
ejército.
En la foto siguiente los líderes socialistas detenidos en el penal de Cartagena. Besteiro, Anguiano, Saborit y Largo Caballero 1918
La repercusión de la revolución rusa y su líder Lenin
fue muy importante en todo el
mundo para la organización de los trabajadores, significó que podían tomar el poder y desbancar a
la burguesía para acabar con la explotación del hombre por el hombre objetivo
común del movimiento obrero, en España esta influencia llegó en un momento de gran agitación
social. En el campo andaluz, las frecuentes crisis de subsistencias
y la precariedad llevaron a los campesinos-jornaleros, fundamentalmente
anarquistas y en menor medida socialistas, a la extensión de las revueltas; se sucedieron las manifestaciones, las huelgas, se dio la ocupación de tierras y también breves experiencias de
comunismo libertario (acción directa), por lo que se ha dado en llamar a esta
etapa entre 1918 y 1921, el trienio bolchevique.
La situación hizo que el gobierno decretara el estado de guerra,
haciendo intervenir al ejército en las labores del campo. Es en este período
donde se da un gran crecimiento de la CNT en Cataluña,
liderando la larga e histórica huelga de la Canadiense donde se consiguió por primera vez en España la reivindicación histórica obrera de
la jornada de 8 horas. La Patronal catalana se mostró dispuesta
a combatir a la CNT y a sus dirigentes sindicales con la violencia extrema mediante
el pistolerismo y con el apoyo de las autoridades gubernamentales. Desde el gobernador Martínez
Anido hasta el capitán general Primo de Rivera que contaba con amplias
simpatías de la alta burguesía catalana.
La patronal fundó sindicatos amarillos (sindicatos que van
contra los sindicatos obreros de clase) y los llamó "sindicatos libres", sus
miembros pistoleros asesinaron a líderes sindicales, sus miembros
esquiroles rompían las huelgas, se aplicó la ley de fugas (disparar a alguien que huye) que fue utilizada sin
ningún freno por las fuerzas del orden, la respuesta de algunos grupos dentro del anarquismo fue constituir grupos de defensa
armada y actuar directamente contra los dirigentes político-empresariales, el
resultado fue una espiral de violencia y una dura represión de los
trabajadores y sus apoyos en la sociedad.
La violencia se cobró muchas vidas entre ellas la del
presidente Eduardo Dato y la del líder anarquista moderado El Noi del Sucre.
La situación de crisis era continua. Confluyen en ella el papel del ejército en la represión, la guerra de Marruecos con
la derrota de Annual y la posterior comisión
de investigación para esclarecer los hechos dirigida por el general Picasso, y como marco de la desigualdad social, la conflictividad laboral-social no resuelta.
Los partidos dinásticos junto a sus aliados
catalanistas (de 1918 a 1923 hubo 11 gobiernos), fueron incapaces de
resolver la situación. Se cuestionaba
así la capacidad del régimen conservador de la Restauración para garantizar el orden
político, social y económico hegemónico.
La oligarquía dominante, la Iglesia, la Corona y
el Ejército coincidieron en sus propuestas y propiciaron la aparición de un "cirujano de
hierro" que generara una nueva situación que defendiera sus intereses. En Italia en 1922 habían tomado el poder los fascistas acabando con el sistema liberal, contó con las simpatías de los sectores dirigentes conservadores del continente. Este golpe contra la democracia influyó en el inmediato devenir histórico europeo y mundial.
En 1923,
un golpe de estado del general Primo de Rivera puso fin al sistema de la Restauración iniciando una dictadura hasta
1930.
Enlaces interesantes
La historia trascendida (Marruecos colonial)
Dossier de España y la I Guerra Mundial. Hispania Nova, nº 15 (2017)
Dossier: la crisis del régimen liberal en España (1917-1923) de la revista Ayer, nº 63 (2006)
TEXTOS
La Guerra de Marruecos
La lucha en sí era lo menos importante. Las marchas a través de los arenales de Melilla, heraldos del desierto, no importaban; ni la sed ni el polvo, ni el agua sucia, escasa y salobre, ni los tiros, ni nuestros propios muertos calientes y flexibles, que poníamos en una camilla y cubríamos con una manta; ni los heridos que se quejaban monótonos o aullaban de dolor. Nada de esto era importante, porque todo había perdido su fuerza y sus proporciones. Pero ¡los otros muertos! Aquellos muertos que íbamos encontrando, después de días bajo el sol de África, que vuelve la carne fresca en vivero de gusanos en dos horas; aquellos cuerpos mutilados […].
Seguimos quemando cadáveres en montones rociados de petróleo, seguimos luchando en crestas de cerro, en honduras de barranco, seguimos avanzando más y más, durmiendo en el suelo, devorados por piojos, torturados de sed. Construimos nuevos blocaos [fortines], llenando miles de sacos terreros y levantamos en ellos parapetos. No dormíamos: nos moríamos cada día, para resucitar en la mañana siguiente, y en el intervalo vivíamos a través de pesadillas horrendas. Y olíamos. Nos olíamos unos a otros. Olíamos a muerto, a cadáver putrefacto.
Arturo BAREA «La ruta» La forja de un rebelde
De la guerra de Marruecos y el combate que no debió ser -Serrano Sáenz de Tejada. Libro editado por el Ministerio de Defensa (clic en el título)
Mensaje de las juntas de defensa a Alfonso XIII (1917)
La hacienda con déficit y el Estado defraudado por la riqueza oculta, recargadas ciertas fuentes contributivas, mientras otras compran la benevolencia de la investigación, para rehuir su contribución a la patria. […]
Desde luego hay que confesar que es imposible labor fructífera cuando en los últimos veinte años gobernaron 38 gobiernos con un promedio de ejercer el poder en tres o cuatro meses.[…] Esta es la culpa de los gobernantes.
La del pueblo es el mal uso que hace de sus derechos de ciudadanía, vendiéndola a la influencia o al dinero, no usándolos o concediéndolos inconsciente a los vividores de la política. Pero en esta responsabilidad tiene una disculpa y le ayuda un cómplice: la inmoralidad electoral manejada por el cacique, que la cede a reembolso a los profesionales de la política ayudados por los gobiernos, que para ello entronizan la corrupción y atropellan la justicia, persiguiendo o desmoralizando a los encargados de la sagrada misión de administrarla.
La ética gubernamental ha producido el cáncer que corroe al Estado español inficionando [infectando] todos sus organismos, contaminando, en mayor o menor grado, a todos sus individuos. El ejército ha resistido durante mucho tiempo el contagio, pero también por fin en él ha prendido.
La influencia, el favoritismo, la burocracia, la demagogia y la anarquía como naturales consecuencias; en fin, todas las enfermedades que enumera el derecho político como causantes de la vida anormal de los estados, aquejan al español y conducen a la ruina.
En Bases documentales de la España contemporánea. Ed. Guadiana
El siguiente texto es un fragmento del manifiesto difundido por el comité organizador de la huelga de agosto de 1917 y recogido por uno de sus miembros, Andrés Saborit, dirigente del PSOE y de la UGT:
A los obreros y a la opinión pública: […]
Cerca de medio siglo de corrupción ha llevado a las instituciones políticas españolas a un grado tal de podredumbre que los mismos institutos armados claman contra la injusticia, contra la arbitrariedad, y se consideran vejados y engañados por los mismos poderes públicos que tantos mentidos halagos les han prodigado cuando se trataba solamente de utilizarlos como instrumento de opresión y tiranía. Y si esto han hecho los poderes públicos con las clases sociales en cuya adhesión han buscado siempre las firmes garantías de su existencia y dominio, ¿qué no habrán hecho con el pueblo inerme e indefenso, bajo un régimen constitucional ficticio, bajo un régimen económico de miseria y despilfarro y en un estado cultural mantenido por oligarcas en el más bajo nivel y merced a ímprobos y perseverantes esfuerzos? El proletariado español se halla decidido a no asistir ni un momento más pasivamente a este intolerable estado de cosas. […]
Y esta magna movilización del proletariado no cesará hasta no haber obtenido las garantías suficientes de iniciación del cambio de régimen, necesario para la salvación de la dignidad, del decoro y de la vida nacionales.
Pedimos la constitución de un Gobierno provisional que asuma los poderes ejecutivo y moderador, y prepare, previas las modificaciones imprescindibles en una legislación viciada, la celebración de elecciones sinceras de unas Cortes Constituyentes que aborden, en plena libertad, los problemas fundamentales de la Constitución política del país.
El campo andaluz en 1919
El origen de los actuales conflictos es motivado por la carestía de las subsistencias, de una parte, y de otra por la intransigencia de la clase patronal, opuesta siempre a conceder aumentos en los salarios […].
En este pueblo y su provincia, el trabajo en la agricultura se presta de dos maneras: trabajando en el ruedo y por temporadas; sus horas de salida al trabajo son: en el ruedo, media hora después de apuntar el sol y regresar después de ponerse; de temporada, de sol a sol; las horas de descanso son: dos comidas en todas las estaciones del año, que oscilan entre treinta y cinco a cuarenta minutos cada una, tres paradas en otoño, tres en invierno, cuatro en primavera y cinco en verano; en estas paradas se invierten de veinte a veinticinco minutos, y dos horas de siesta en esta última época, pues tanto las comidas como las paradas dependen de la voluntad del capataz que dirige el trabajo.
Las temporadas son de veinticinco a treinta días, y hasta cuarenta, según el tiempo que media entre festividad y festividad, y el jornal en metálico es el mismo, y además en especies (aceite, vinagre, ajos y sal) se les da una cantidad no mayor de 40 céntimos. En lo que afecta a los alojamientos (dormitorios), son pésimos, y ninguno, por lo regular, reúne condiciones de salubridad; las camas son de paja, y mala, y peor es (salvo excepciones) que la misma paja, tras que es poca, sirve para todo el año, teniendo que dormir en ella cuantos trabajadores van a dichas fincas durante todo el año.
Información sobre el problema agrario en la provincia de Córdoba, Instituto de Reformas Sociales
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