Política
económica del franquismo: de la autarquía al desarrollismo.
La política económica del franquismo empieza a organizarse desde las instituciones que se habían creado
durante la guerra. Establecen el control de la producción con el objetivo
principal de hacer frente al desarrollo bélico, algunas de ellas permanecerán a
lo largo del tiempo. Las características del comienzo impregnarán de esa excepcionalidad la práctica posterior
convirtiéndose en un elemento perdurable.
Es una circunstancia que
caracteriza a la economía en los primeros años del régimen.
La situación de guerra mundial, el pago de la deuda a sus aliados (Alemania nazi e Italia fascista) con materias primas, las
relaciones comerciales internacionales absolutamente condicionadas por la
guerra; situaban la victoria en un contexto cuyas consecuencias para los
españoles a corto plazo fueron el hambre y la miseria para muchos de ellos. A
largo plazo se consolidó una economía sin capacidad de respuesta que hizo muy
difícil la recuperación y la reconstrucción después de la guerra.
La autarquía en la posguerra
El régimen franquista buscó la solución a la penuria económica en el modelo
económico de la Italia fascista y desarrollado
posteriormente en la Alemania de
Hitler: la autarquía. Una práctica económica que se organizaba teniendo en cuenta el sistema
capitalista de sus países. Se proponía la autosuficiencia económica mediante
la necesaria y constante intervención del estado ante la incapacidad inversora del capital por temor a perder sus inversiones o por desinterés inversor en ciertos sectores.
· Control del
comercio exterior para reducir al máximo las importaciones; el objetivo era evitar la salida de las escasas divisas, estaban destinadas
a productos que se habían encarecido por la guerra, como el petróleo. Hubo
desabastecimiento y escasez de materias primas y bienes de consumo (mercado
negro).
· Plan industrial para asegurar
la independencia militar y política en sectores estratégicos, se fomentó la
industria de bienes de equipo con constantes ayudas públicas que generaron un
creciente déficit y alta inflación. En 1941 se
fundó el Instituto Nacional de Industria (INI)
para promover la nueva política, invirtió en sectores que el sector privado no
consideraba rentables o exigían una alta inversión.
· El Estado en el sector agrícola controló la producción (Servicio Nacional del Trigo), fijó los precios de los productos agrícolas, obligó a los campesinos a entregar los excedentes de sus cosechas,
controló la distribución y el consumo de la mayoría de los productos. Los bajos
precios oficiales de los productos básicos: legumbres, cereales, aceite,
patatas y vino, se convirtieron en un posterior descenso de la producción. Afectó de manera muy clara al escaso español desarrollo del campo español.
Un gran fracaso económico
El resultado de esta política fue el estancamiento económico. Tanto la
producción como el consumo descendieron a niveles de principios de siglo. Los años de
la posguerra fueron de regresión en el terreno económico y en el
nivel de vida de la población. Un dato de esta vuelta atrás histórica: el
sector primario volvió a convertirse en el más importante al superar el 50 por
ciento de la renta nacional.
El control del estado en un tiempo de gran escasez de los productos básicos
se convirtió en la intervención estatal
con el racionamiento de productos de
primera necesidad con una cartilla
de control desde 1939 a 1952.
El mercado negro afectó a todo tipo de productos desde harina hasta medias, el estraperlo era cotidiano.
La corrupción se generalizó en
todas las actividades, desde licencias de importación-exportación, contratos
de suministro al Estado, los favores de todo tipo y el amiguismo se apoderaron de la
administración del país.
A esta situación durante la segunda guerra mundial (1939-1945), se unió el
pago de la deuda a Alemania e Italia que agravó la situación. El período posterior
a la II guerra mundial correspondió al aislamiento internacional del régimen de Franco (aliado del Eje)
decidido en la ONU en 1946. Las duras condiciones de
vida influyeron en la vida de los españoles en general pero en los “vencidos”
adquirió tintes dramáticos en muchos casos (prisión, represalias..).
Esperando en Auxilio social
Los años 50: el fin de la autarquía. El fracaso económico del modelo autárquico mostró la necesidad de variar las
premisas económicas dogmáticas fascistas anteriores. A comienzos de los años cincuenta se produjo un
giro en la política económica.
Hubo un cambio de gobierno en 1951 que decretó una liberalización parcial de
precios, comercio y circulación de mercancías. Estas medidas y la buena cosecha de 1952
puso fin al racionamiento.
Renta per cápita 1930-2000
Se produjo un crecimiento económico, en 1954 se superó la renta por
habitante de 1935 de España.
El sector industrial empezó a crecer disminuyendo el peso del sector primario
en la renta nacional.
La guerra fría cambió la política internacional norteamericana propiciando
desde 1951 la llegada de ayuda económica a una economía muy descapitalizada. Los créditos de EE.UU. permitieron
importaciones de bienes de equipo imprescindibles para el desarrollo
industrial. La economía era deficitaria y la balanza comercial también.
Turistas americanos años 50
Este primer desarrollo produjo una fuerte inflación (subida de precios), causa
de un fuerte malestar social que se manifestó en huelgas y protestas duramente reprimidas. La necesidad
de un plan diferente para la economía era clara.
Franco tras una crisis gubernamental aceptó la entrada en el
gobierno de 1957 de un grupo de
ministros tecnócratas del Opus Dei para dirigir la
economía. Terminaba así una etapa marcada por los principios del falangismo.
El Plan de Estabilización de 1959
Estos políticos del gobierno cercanos o miembros del
Opus Dei consideraban al crecimiento
económico como la garantía de la estabilidad social, su plan económico no
cuestionaba a la dictadura, eran fieles y con una completa adhesión a Franco.
Los tecnócratas del Opus Dei en el gobierno desde 1957, elaboraron
este plan económico. Este plan de estabilización típico, siguió
las indicaciones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que
financiaron el plan con varios créditos.
El objetivo era liberalizar la economía, poniendo fin al
período autárquico e intervencionista. La estabilización
de la economía se llevo a cabo de la siguiente manera, para reducir la inflación se elevaron los intereses, se
limitó el crédito bancario y se congelaron los salarios. Para limitar el
déficit se limitó el gasto público. La liberalización interior de la economía se haría eliminando la intervención de organismos del
estado y el reglamento de precios fijos. Liberalización
de la economía al exterior, con la desaparición de las barreras a las
mercancías y a los capitales extranjeros. Convertibilidad y devaluación de la
peseta (50% respecto al dólar). Los años 1959 y 1960 fueron de caída de precios
y consumo. Pero el objetivo de reducir el déficit y de acumulación de capitales
se consiguió. Se dio un incremento
importante de inversiones extranjeras. Desde 1961 comienza un
constante e importante crecimiento económico.
El desarrollo económico de los años
sesenta
En el período de 1961-1973 se produjo un rápido crecimiento industrial
y del sector servicios. La llegada masiva de inversiones extranjeras atraídos por los bajos salarios y el control sobre los trabajadores
que aseguraba la dictadura influyó en esta circunstancia.
Este desarrollo estuvo marcado por la creciente
dependencia del exterior en tecnología, fuentes de energía (petróleo) y
capitales.
El
desarrollo industrial y la creciente necesidad de mano de obra son la causa de
la emigración campesina hacia las ciudades y hacia Europa que se movían de sus zonas de origen para mejorar sus condiciones de
vida. La mecanización de la agricultura
comenzaba a notarse en amplias
zonas del interior que veían partir hacia el exterior a gran parte de sus
habitantes.
La economía española alcanzó
un superávit en su balanza de pagos. El tradicional y muy importante déficit de la balanza
comercial, se compensó gracias a los ingresos procedentes del gran
desarrollo del turismo, de llegada de capitales de las inversiones extranjeras
y las importantes remesas de capital enviadas por los emigrados a Europa.
Para controlar el crecimiento económico el gobierno aprobó desde 1963
varios Planes de Desarrollo de
vigencia cuatrienal (1964-1967, 1968-1971, 1972-1975). Los objetivos de
crecimiento en los sectores señalados se hicieron con incentivos fiscales y
ayudas estatales. La Comisaría del Plan
de Desarrollo dirigida por López Rodó estaba encargada de la planificación
económica indicativa para impulsar el crecimiento económico; se llevaron a
cabo acciones estructurales para
solucionar deficiencias de la industria y se crearon los polos de desarrollo para promover industrias en zonas de escasa
industrialización.
La planificación franquista fue un fracaso,
tuvo más peso los condicionantes económicos de los grupos cercanos al poder que
los intereses económicos generales. Los planes
de desarrollo sirvieron para dotar
a los empresarios de infraestructuras y
materias primas básicas muy
importantes para la industria. La economía siguió creciendo dentro del contexto internacional de expansión
económica mundial y especialmente de Europa.
Este periodo económico de bonanza no evitó el creciente desequilibrio entre las diferentes zonas de España; los años
desde 1961 a 1973 fueron de un gran desarrollo económico, dentro del marco de expansión económica europea y
mundial. Favoreció las abundantes
inversiones extranjeras,
una masiva llegada de turistas (trabajadores europeos que vivían el periodo de
desarrollo del estado de bienestar, tenían capacidad de ir de vacaciones al
exterior a un país como España que les resultaba barato) y la eliminación
del paro estructural en el
campo con la emigración a Europa.
Transformaciones sociales: causas y evolución.
Los grandes cambios económicos produjeron importantes cambios sociales en
la década de los sesenta, que se convertirán en un factor nada desdeñable en el
cambio de la visión de la sociedad para las nuevas generaciones. El régimen
siguió siendo una dictadura y como tal se comportaba. Su respuesta era la represión para cualquier
cuestionamiento del sistema, ya fuera una
disidencia política, cultural, económica o social.
Basta para recordarlo dos hechos entre
muchos que se dieron: En 1963, un
militante clandestino del Partido Comunista, Julián Grimau, fue
ejecutado por delitos imputados que correspondían al período de la guerra civil. Las
protestas internacionales hasta del
Vaticano fueron generalizadas y desoídas, no anulando la pena de muerte a
la que había sido sentenciado. En 1962, tras pedir España la adhesión a la CEE,
un grupo de representantes de la derecha liberal española participó en el
Congreso del Movimiento Europeo, coincidiendo con miembros de la oposición
clandestina en Munich, reivindicaban la necesidad de la democracia para España, un régimen basado
en las libertades políticas. La prensa franquista organizó un enorme escándalo contra
los participantes de lo que denominaron como el Contubernio de Munich.
El régimen hizo algunos pequeños e insuficientes cambios de algunas leyes
para dar una imagen a Europa de evolución, pero no cambiaron nada de su práctica
y de la organización de la dictadura. La Ley de Prensa de 1966, aprobada por el ministro de Información, Manuel Fraga,
modificó la práctica de la censura previa existente hasta ese momento, no supuso
su desaparición. La Ley Orgánica del Estado de 1967. Última de
las Leyes Fundamentales del Movimiento confirmó la estructura del sistema. La edad
avanzada de Franco, le llevó a designar un sucesor. En 1969 Juan Carlos de Borbón, hijo del heredero de Alfonso XIII (Juan), fue nombrado como sucesor del dictador "a
título de Rey".
Los grandes cambios sociales de los años sesenta
Después de los duros años de la posguerra, en los que la sociedad española
había vuelto a un tipo de sociedad preindustrial, los años sesenta presenciaron
un acelerado cambio en todos los ámbitos, en el social fueron muy importantes.
Estos fueron algunos de ellos:
Masiva emigración rural a
las ciudades de mayor desarrollo económico y a los países de Europa occidental.
Más de un millón y medio de españoles se fueron a trabajar a Francia, Alemania,
Suiza, Bélgica y a otros países europeos para ocupar los trabajos que por
el gran crecimiento de sus economías no ocupaban los nativos, muchos eran
trabajos no cualificados.
La emigración al exterior tuvo consecuencias positivas para el régimen, la reducción del paro estructural de amplias zonas rurales
y el ingreso de capitales de las remesas salariales enviadas por
los emigrantes. En cambio para los emigrados supuso el desarraigo, todos los movimientos migratorios llevan en sí esa condición. A nivel general en
España se produjo una agudización de las diferencias de riqueza entre
las diversas regiones del país.
Demográficamente hubo un crecimiento vegetativo muy
alto de la población, creció de 25 a 35 millones.
Fue muy importante el
descenso de la mortalidad, de un 17 ‰ en 1939 a un 8 ‰ en 1975, la tasa de natalidad se mantuvo en valores muy
altos (baby boom). La distribución profesional de la población
española empezó a transformarse. En 1940 más del 50 % de la población activa
española estaba en el sector primario, este porcentaje fue descendiendo y el
sector industrial creció junto al terciario. En 1960 estos dos últimos sectores
juntos superaban el número de trabajadores en el sector primario. Fueron sobre
todo los trabajadores del creciente sector industrial y minero los que actuarían
con reivindicaciones sociales frente al inmovilismo del Régimen.
Para hacer frente a las necesidades básicas de esta población creciente el régimen
no aumentó el gasto público social causando que los servicios públicos fueran
claramente insuficientes para la
población existente:
En la educación el número de
escuelas e institutos era insuficiente para resolver las necesidades de una
creciente población infantil y juvenil.
Se construyeron algunos hospitales
en las ciudades más pobladas dejando amplias zonas sin cobertura, era común la
necesidad de ir a la capital cuando surgían problemas de salud para los que podían permitírselo económicamente, gran parte de los partos se llevaban a cabo en las casas, a todas
luces la cobertura sanitaria era claramente insuficiente. Desde
1963 iba creciendo el número de personas que accedían a las prestaciones sanitarias y a los sistemas de pensiones,
la cobertura no llegaba a gran
parte de la población española, se estaba lejos de poder satisfacer las
necesidades de la sociedad española.
El aumento
de población necesitaba poder satisfacer una necesidad básica: la vivienda; existía un enorme déficit en vivienda que
por una parte trató de resolverse con operaciones inmobiliarias mediante la construcción de barrios obreros en la periferia
y en los
pueblos cercanos a las grandes ciudades, convirtiéndose desde ese momento estos pueblos en ciudades dormitorio. Estos nuevos
espacios habitacionales carecían de los equipamientos sociales y
urbanos básicos. Por otra parte los que no tenían nada para cobijarse ni
medios económicos empezaron a construir casitas en las afueras que formaron las zonas de
infraviviendas (chabolismo). Las duras
condiciones de estos nuevos barrios son la causa de la necesidad social de
organizarse para reclamar las mejoras mínimas, nacieron así las asociaciones de
vecinos, germen de las acciones y reivindicaciones para la transformación de las ciudades en espacios mínimamente habitables.
La sociedad española
El desarrollo económico y el aumento de la
capacidad de las familias, se dio en muchos casos con la dedicación laboral plena a lo
largo de la jornada: pluriempleo. Propició la aparición de ciertas capas de
población que iban teniendo mayor capacidad de compra conformando la naciente sociedad de consumo en España,
con años
de retraso respecto a los países desarrollados, aún estábamos saliendo del
subdesarrollo. Poco a poco se extendió el uso de electrodomésticos,
comenzó a ser importante el número de los hogares con televisión dos
tercios aproximadamente en 1970, y el coche utilitario (el 600)
se convirtió en un símbolo inequívoco del cambio en las
costumbres sociales. Empezaron los viajes por ocio no asociados al trabajo. La sociedad estaba cambiando, las costumbres sometidas al ciclo religioso se
transformaron, la población empezaba a salir del oscuro periodo anterior con
deseo de hacer lo mismo que hacían los europeos que veían venir de vacaciones. Querían tener lo
mismo que les contaban los convecinos que habían emigrado a Europa.
Los años 40 y 50 fueron de control social, con una rígida jerarquización
en la que los valores tradicionales y la moral católica predominaban. La Iglesia fue la institución que vigilaba la moral y las costumbres a
través de la educación y su permanente presencia en la vida diaria. La censura prohibía todo lo que consideraba
un peligro para la moral y la política del régimen. En la educación fueron represaliados
y separados de sus puestos los docentes de izquierdas, los demócratas, los liberales. La enseñanza
religiosa monopolizó la moral que
dominaba la sociedad. La sociedad estaba
regida por una moral coactiva que predicaba la obediencia ciega a la jerarquía (los hijos a los padres, los
obreros a los empresarios, todos los españoles al Caudillo). Una estricta división sexual de las funciones
con una absoluta supeditación de la mujer respecto al hombre (jurídica y
social). El hombre se ocupaba del trabajo y de la guerra, las mujeres estaban
encaminadas al cuidado del hogar y de los hijos, su valía estaba en función de
su condición de esposa y madre.
A finales de los 60 y al comienzo de los 70 la transformación de la sociedad española
era imparable, el acceso a la información directa de los turistas, de los
viajeros al exterior, de las películas, de la música, la mayor movilidad.
Supuso la aparición de una nueva mentalidad que no correspondía con el
tradicionalismo católico del régimen, que intentaba aun controlar todo lo que
ocurría. Se dio una progresiva disminución de la influencia de la Iglesia en los nuevos hábitos sociales, que
transformaron la forma de relacionarse entre los jóvenes, las relaciones
afectivas entre ambos sexos. La moda, las costumbres cotidianas, la forma de vestir, empezaron
a ser la manera nueva de enlazar con lo que ocurría en Europa. Los turistas
fueron un vehículo de información y de comportamiento nuevo que calaron en
amplios sectores. La necesidad de una nueva forma de vida se abría camino. La
unión de este deseo con la vida en un sistema democrático era evidente en los
viajeros que llegaban a España desde los países europeos.
Al final del franquismo la transformación de la sociedad española se plasmó
en un claro posicionamiento de amplias capas de la población por la
modernización (reivindicación cíclica a lo largo de nuestra historia) asociada
a la forma de vida política de los países europeos: el sistema democrático.
Se daba la confluencia de las luchas sindicales, políticas y sociales
reclamando otra forma de sistema político, identificado con el sistema
democrático (fin de la dictadura).
Enlaces.
TEXTOS
Al final de
la Guerra de Liberación, la economía española tuvo que enfrentarse con el
problema de su reconstrucción, que se veía retardada en aquellos momentos por
lo insuficiente de los recursos y los bajos niveles de renta y ahorro,
agravados por el desequilibrio de la capacidad productiva como consecuencia de
la contienda.
La guerra mundial y las repercusiones que trajo consigo aumentaron
estas dificultades y cerraron gran parte de los mercados y fuentes de
aprovisionamientos normales, lo que motivó una serie de intervenciones
económicas al servicio de la tarea de abastecimiento y de la reconstrucción
nacional... Resueltos un sinfín de problemas, hay que enfrentarse con otros derivados
tanto del nivel de vida ya alcanzado
cuanto de la evolución de la economía mundial, especialmente de los países de
Occidente... Son imprescindibles unas medidas de adaptación que, sin romper la
continuidad de nuestro proceso económico, aseguren un crecimiento de la
producción respaldada por una política de ahorro y de ordenación del gasto.
Decreto-ley del Plan de Estabilización, 1959
EL
PRIMER PLAN DE DESARROLLO
El Plan de
Desarrollo [...] instrumenta una amplia e intensa acción del Estado a favor de
las zonas geográficas menos desarrolladas con el fin de conseguir una mayor
aproximación entre los niveles de renta de las distintas regiones españolas.
Dicha actuación estatal se realiza principalmente a través de un doble orden de
actuaciones: las encaminadas a la mejora agraria y las de fomento de la
industrialización.
El mayor
esfuerzo económico se emplea a favor de la mejora agraria, ya que en el
programa de inversiones públicas del Plan de Desarrollo se destinan más de
sesenta y ocho mil millones a las obras de transformación en regadío y
colonización, concentración parcelaria, conservación de suelos, repoblación
forestal, mejora ganadera y otras inversiones para el fomento de la
productividad agraria.
Para
acelerar la industrialización el Plan prevé el establecimiento de polos y
polígonos. Mediante los primeros se trata de crear importantes núcleos
industriales impulsando unas concretas actividades económicas y sociales [...].
Mediante los polígonos, la acción del Estado se extenderá asimismo a aquellas
poblaciones que, aun sin reunir las condiciones indispensables para crear en
ellas polos de desarrollo o de promoción, permitan el establecimiento de
industrias.
Primer Plan de
Desarrollo,
enero de 1964
LEY
DE PRENSA, 1966
Artículo 1.°- Libertad de expresión por
medio de impresos. Párrafo 1º. El
derecho a la libertad de expresión de las ideas reconocido a los españoles en
el artículo 12 de su Fuero se ejercitará cuando aquéllas se difundan a través
de impresos, conforme a lo dispuesto en dicho Fuero en la presente Ley. Párrafo 2º. Asimismo se ajustará a lo
establecido en esta Ley el ejercicio del derecho a la difusión de cualesquiera
informaciones por medio de impresos.
Art. 2.° - Extensión del derecho: - La
libertad de expresión y el derecho a la difusión de informaciones, reconocidos
en el artículo primero, no tendrán más limitación que las impuestas por las
leyes. Son limitaciones: el respeto a la verdad y a la moral; el acatamiento a
la Ley de Principios del Movimiento Nacional y demás Leyes Fundamentales; las
exigencias de la defensa nacional, de seguridad del Estado y del mantenimiento
del orden público interior y la paz exterior; el debido respeto a las
instituciones y a las personas en la crítica de la acción política y
administrativa; la independencia de los Tribunales, la salvaguardia de la
intimidad y del honor personal y familiar.
Art. 3.° - De la censura: - La
Administración no podrá aplicar la censura previa ni exigir la consulta
obligatoria, salvo en los estados de excepción y de guerra expresamente
previstos en las leyes.
CONGRESO
DE MUNICH (1962)
El Congreso
del Movimiento Europeo reunido en Munich los días 7 y 8 de junio de 1962 estima
que la integración, ya en forma de adhesión, ya de asociación de todo país a
Europa, exige de cada uno de ellos instituciones democráticas, lo que
significa, en el caso de España, de acuerdo con la Convención Europea de los
Derechos del Hombre y la Carta Social Europea, lo siguiente:
1. La instauración de
instituciones auténticamente representativas y democráticas que garanticen que
el gobierno se basa en el consentimiento de los gobernados.
2. .. La efectiva garantía de
todos los derechos de la persona humana, en especial los de libertad personal y
de expresión, con supresión de la censura gubernativa.
3. El reconocimiento de la
personalidad de las distintas comunidades naturales.
4. El ejercicio de las
libertades sindicales sobre bases democráticas y de la defensa de los
trabajadores de sus derechos fundamentales, entre otros medios por el de la huelga.
5. La posibilidad de
organización de corrientes de opinión y de partidos políticos con el
reconocimiento de los derechos de la oposición.
CONGRESO
DE MUNICH (1962)
El Congreso
del Movimiento Europeo reunido en Munich los días 7 y 8 de junio de 1962 estima
que la integración, ya en forma de adhesión, ya de asociación de todo país a
Europa, exige de cada uno de ellos instituciones democráticas, lo que
significa, en el caso de España, de acuerdo con la Convención Europea de los
Derechos del Hombre y la Carta Social Europea, lo siguiente:
1. La instauración de
instituciones auténticamente representativas y democráticas que garanticen que
el gobierno se basa en el consentimiento de los gobernados.
2. .. La efectiva garantía de
todos los derechos de la persona humana, en especial los de libertad personal y
de expresión, con supresión de la censura gubernativa.
3. El reconocimiento de la
personalidad de las distintas comunidades naturales.
4. El ejercicio de las
libertades sindicales sobre bases democráticas y de la defensa de los
trabajadores de sus derechos fundamentales, entre otros medios por el de la huelga.
5. La posibilidad de
organización de corrientes de opinión y de partidos políticos con el
reconocimiento de los derechos de la oposición.
REACCIÓN
GUBERNAMENTAL AL CONGRESO DE MUNICH (1962)
Las campañas
que desde el exterior vienen realizándose para dañar el crédito y el prestigio
de España han encontrado eco y complicidad en algunas personas que abusando de
las libertades que el Fuero de los Españoles reconoce se han sumado a tan
indignas maniobras. El propio Fuero de los Españoles ofrece los recursos que la
ocasión exige [...]. En su virtud, visto el artículo 35 de dicho texto legal
[...] Se suspende en todo el territorio nacional y por el plazo de dos años el
artículo 14 del Fuero de los Españoles [que permitía la libre fijación de
residencia].
Decreto Ley de 8 de junio 1962
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