miércoles, 1 de abril de 2020

11.2. Política económica del franquismo: de la autarquía al desarrollismo. Transformaciones sociales: causas y evolución.



Política económica del franquismo: de la autarquía al desarrollismo.

La política económica del franquismo empieza a organizarse desde las instituciones que se habían creado durante la guerra. Establecen el control de la producción con el objetivo principal de hacer frente al desarrollo bélico, algunas de ellas permanecerán a lo largo del tiempo. Las características del comienzo impregnarán  de esa excepcionalidad la práctica posterior convirtiéndose en un elemento perdurable.  Es una circunstancia  que caracteriza a la economía en los primeros años del régimen.
La situación de guerra mundial, el pago de la deuda a sus aliados (Alemania nazi e Italia fascista) con materias primas, las relaciones comerciales internacionales absolutamente condicionadas por la guerra; situaban la victoria en un contexto cuyas consecuencias para los españoles a corto plazo fueron el hambre y la miseria para muchos de ellos. A largo plazo se consolidó una economía sin capacidad de respuesta que hizo muy difícil la recuperación y la reconstrucción después de la guerra.
La autarquía en la posguerra

En 1939 España era un país arruinado en todos sus componentes estructurales esenciales. Había sufrido un desastre demográfico por la guerra, por el hambre y la extrema necesidad de lo básico para la supervivencia. Esta era la realidad diaria de una gran parte de la población española.
El régimen franquista buscó la solución a la penuria económica en el modelo económico de la Italia fascista  y desarrollado posteriormente  en la Alemania de Hitler: la autarquía. Una práctica económica que se organizaba teniendo en cuenta el sistema capitalista de sus países. Se proponía la autosuficiencia económica mediante la necesaria y constante intervención del estado ante la incapacidad inversora del capital por temor a perder sus inversiones o por desinterés inversor en ciertos sectores.
La intervención del Estado en la política económica autárquica se llevó a la práctica afectando a toda  la economía nacional.
·       Control del comercio exterior para reducir al máximo las importaciones; el objetivo era evitar la salida de las escasas divisas, estaban destinadas a productos que se habían encarecido por la guerra, como el petróleo. Hubo desabastecimiento y escasez de materias primas y bienes de consumo (mercado negro).
·       Plan industrial para asegurar la independencia militar y política en sectores estratégicos, se fomentó la industria de bienes de equipo con constantes ayudas públicas que generaron un creciente déficit y alta inflación. En 1941 se fundó el Instituto Nacional de Industria (INI) para promover la nueva política, invirtió en sectores que el sector privado no consideraba rentables o exigían una alta inversión.
·      El Estado en el sector agrícola controló la producción (Servicio Nacional del Trigo), fijó los precios de los productos agrícolas, obligó a los campesinos a entregar los excedentes de sus cosechas, controló la distribución y el consumo de la mayoría de los productos. Los bajos precios oficiales de los productos básicos: legumbres, cereales, aceite, patatas y vino, se convirtieron en un posterior descenso de la producción. Afectó de manera muy clara al escaso español desarrollo del campo español.


Un gran fracaso económico

El resultado de esta política fue el estancamiento económico. Tanto la producción como el consumo descendieron a niveles de principios de siglo. Los años de la posguerra fueron de regresión en el terreno económico y en el nivel de vida de la población. Un dato de esta vuelta atrás histórica: el sector primario volvió a convertirse en el más importante al superar el 50 por ciento de la renta nacional. 
El control del estado en un tiempo de gran escasez de los productos básicos se convirtió en  la intervención estatal con el racionamiento de productos de primera necesidad con una cartilla de control desde 1939 a 1952.
El mercado negro afectó a todo tipo de productos desde harina hasta mediasel estraperlo era cotidiano. La corrupción se generalizó en todas las actividades, desde licencias de importación-exportación, contratos de suministro al Estado, los favores de todo tipo y el amiguismo se apoderaron de la administración del país.
A esta situación durante la segunda guerra mundial (1939-1945), se unió el pago de la deuda a Alemania e Italia que agravó la situación. El período posterior a la II guerra mundial correspondió al aislamiento internacional del régimen de Franco  (aliado del Eje)
 decidido en la ONU en 1946. Las duras condiciones de vida influyeron en la vida de los españoles en general pero en los “vencidos” adquirió tintes dramáticos en muchos casos (prisión,  represalias..).
Esperando en Auxilio social

Los años 50: el fin de la autarquía. El fracaso económico del modelo autárquico mostró la necesidad de variar las premisas económicas dogmáticas fascistas anteriores. A comienzos de los años cincuenta se produjo un giro en la política económica.
Hubo un cambio de gobierno en 1951 que decretó  una liberalización parcial de precios, comercio y circulación de mercancías. Estas medidas y la buena cosecha de 1952  puso fin al racionamiento

Renta per cápita 1930-2000

Se produjo un crecimiento económico, en 1954 se superó la renta por habitante de 1935 de España. El sector industrial empezó a crecer disminuyendo el peso del sector primario en la renta nacional.
La guerra fría cambió la política internacional norteamericana propiciando desde 1951 la llegada de ayuda económica a una economía muy descapitalizada. Los créditos de EE.UU. permitieron importaciones de bienes de equipo imprescindibles para el desarrollo industrial. La economía era deficitaria y la balanza comercial también. 

Turistas americanos años 50


Este primer desarrollo produjo una fuerte inflación (subida de precios), causa de un fuerte malestar social que se manifestó en huelgas y protestas  duramente reprimidas. La necesidad de un plan diferente para  la economía era clara. Franco tras una crisis gubernamental aceptó la entrada en el gobierno de 1957 de un grupo de ministros tecnócratas del Opus Dei para dirigir la economía. Terminaba así una etapa marcada por los principios del falangismo.


El Plan de Estabilización de 1959

Estos  políticos del gobierno cercanos o miembros del Opus Dei consideraban al crecimiento económico como la garantía de la estabilidad social, su plan económico no cuestionaba a la dictadura, eran fieles y con una completa adhesión a Franco. Los tecnócratas del Opus Dei  en el gobierno desde 1957, elaboraron este plan económico. Este plan de estabilización típico,  siguió las indicaciones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que financiaron el plan con varios créditos.
El objetivo era liberalizar la economía, poniendo fin al período autárquico e intervencionista. La estabilización de la economía se llevo a cabo de la siguiente manera, para reducir la inflación se elevaron los intereses, se limitó el crédito bancario y se congelaron los salarios. Para limitar el déficit se limitó el gasto público. La liberalización interior de la economía se haría eliminando la intervención de organismos del estado y el reglamento de precios fijos. Liberalización de la economía al exterior,  con la desaparición de las barreras a las mercancías y a los capitales extranjeros. Convertibilidad y devaluación de la peseta (50% respecto al dólar). Los años 1959 y 1960 fueron de caída de precios y consumo. Pero el objetivo de reducir el déficit y de acumulación de capitales se consiguió.  Se dio un incremento importante de inversiones extranjeras. Desde 1961 comienza un constante e importante crecimiento económico

El desarrollo económico de los años sesenta

En el período de 1961-1973 se produjo un rápido crecimiento industrial y del sector servicios. La llegada masiva de inversiones extranjeras atraídos por los bajos salarios y el control sobre los trabajadores que aseguraba la dictadura influyó en esta circunstancia.

Este desarrollo estuvo marcado por la creciente dependencia del exterior en tecnología, fuentes de energía (petróleo) y capitales.
El desarrollo industrial y la creciente necesidad de mano de obra son la causa de la emigración campesina hacia las ciudades y hacia Europa que se movían de sus zonas de origen para mejorar sus condiciones de vida. La mecanización de la  agricultura comenzaba a notarse en amplias zonas del interior que veían partir hacia el exterior a gran parte de sus habitantes. 
La economía española  alcanzó un superávit en su balanza de pagos. El tradicional  y muy importante déficit de la balanza comercial, se compensó  gracias  a los ingresos procedentes del gran desarrollo del turismo, de llegada de capitales de las inversiones extranjeras y las importantes remesas de capital enviadas por los emigrados a Europa.
Para controlar el crecimiento económico el gobierno aprobó desde 1963 varios Planes de Desarrollo de vigencia cuatrienal (1964-1967, 1968-1971, 1972-1975). Los objetivos de crecimiento en los sectores señalados se hicieron con incentivos fiscales y ayudas estatales. La Comisaría del Plan de Desarrollo  dirigida por López Rodó estaba encargada de la planificación económica indicativa para impulsar el crecimiento económico; se llevaron a cabo acciones estructurales para solucionar deficiencias de la industria y se crearon los polos de desarrollo para promover industrias en zonas de escasa industrialización.
La planificación franquista fue un fracaso, tuvo más peso los condicionantes económicos de los grupos cercanos al poder que los intereses económicos generales. Los planes de desarrollo sirvieron para dotar a los empresarios de infraestructuras y materias primas básicas  muy importantes para la industria. La economía siguió creciendo dentro del contexto internacional de expansión económica mundial y especialmente de Europa.
Este periodo económico de bonanza no evitó el creciente desequilibrio entre las diferentes zonas de España; los años desde 1961 a 1973 fueron de un gran desarrollo económico, dentro del marco de expansión económica europea y mundial. Favoreció las abundantes inversiones extranjeras, una masiva llegada de turistas  (trabajadores europeos que vivían el periodo de desarrollo del estado de bienestar, tenían capacidad de ir de vacaciones al exterior a un país como España que les resultaba barato) y la eliminación del paro estructural en el campo con la emigración a Europa.

Transformaciones sociales: causas y evolución.

Los grandes cambios económicos produjeron importantes cambios sociales en la década de los sesenta, que se convertirán en un factor nada desdeñable en el cambio de la visión de la sociedad para las nuevas generaciones. El régimen siguió siendo una dictadura y como tal se comportaba. Su  respuesta era la represión para cualquier cuestionamiento del sistema, ya fuera una  disidencia política, cultural, económica o social. 
Basta para recordarlo dos hechos entre muchos que se dieron: En 1963, un militante clandestino del Partido Comunista, Julián Grimau, fue ejecutado por delitos imputados que correspondían al período de la guerra civil. Las protestas internacionales  hasta del Vaticano fueron generalizadas y desoídas, no anulando la pena de muerte a la que había sido sentenciado. En 1962, tras pedir España la adhesión a la CEE, un grupo de representantes de la derecha liberal española participó en el Congreso del Movimiento Europeo, coincidiendo con miembros de la oposición clandestina en Munich, reivindicaban la necesidad  de la democracia para España, un régimen basado en las libertades políticas. La prensa franquista organizó un enorme escándalo contra los participantes de lo que denominaron como el Contubernio de Munich.
El régimen hizo algunos  pequeños e insuficientes cambios de algunas leyes para dar una imagen a Europa de evolución, pero no cambiaron nada de su práctica y de la organización de la dictadura.  La Ley de Prensa de 1966, aprobada por el ministro de Información, Manuel Fraga, modificó la práctica de la censura previa existente hasta ese momento, no supuso su desaparición. La Ley Orgánica del Estado de 1967. Última de las Leyes Fundamentales del Movimiento confirmó la estructura del sistema. La edad avanzada de Franco, le llevó a designar un sucesor. En 1969  Juan Carlos de Borbón, hijo del heredero de Alfonso XIII (Juan), fue nombrado como sucesor  del dictador  "a título de Rey".


Los grandes cambios sociales de los años sesenta

Después de los duros años de la posguerra, en los que la sociedad española había vuelto a un tipo de sociedad preindustrial, los años sesenta presenciaron un acelerado cambio en todos los ámbitos, en el social fueron muy importantes. Estos fueron algunos de ellos:


Masiva emigración rural a las ciudades de mayor desarrollo económico y a los países de Europa occidental. Más de un millón y medio de españoles se fueron a trabajar a Francia, Alemania, Suiza, Bélgica y a otros países europeos  para ocupar los trabajos que por el gran crecimiento de sus economías no ocupaban los nativos, muchos eran trabajos no cualificados.
La emigración al exterior tuvo consecuencias positivas  para el régimen, la reducción del paro estructural de amplias zonas rurales y el ingreso de capitales de las remesas salariales enviadas por los emigrantes. En cambio para los emigrados supuso el desarraigo,  todos los movimientos migratorios llevan en sí esa condición. A nivel general en España se produjo una agudización de las diferencias de riqueza entre las diversas regiones del país.
Demográficamente hubo un crecimiento vegetativo  muy alto de la población, creció de 25 a 35 millones.

Fue muy importante el descenso de la mortalidad, de un 17 ‰ en 1939 a un    8 ‰ en 1975, la tasa de natalidad se mantuvo en valores muy altos (baby boom). La distribución profesional de la población española empezó a transformarse. En 1940 más del 50 % de la población activa española estaba en el sector primario, este porcentaje fue descendiendo y el sector industrial creció junto al  terciario. En 1960 estos dos últimos sectores juntos superaban el número de trabajadores en el sector primario. Fueron sobre todo los trabajadores del creciente sector industrial y minero los que actuarían con reivindicaciones sociales frente al inmovilismo del Régimen.
Para hacer frente a las necesidades básicas de esta población creciente el régimen no aumentó el gasto público social causando  que los servicios públicos fueran claramente insuficientes para la población existente:
En la educación el número de escuelas e institutos era insuficiente para resolver las necesidades de una creciente población infantil y juvenil. 
Se construyeron  algunos hospitales en las ciudades más pobladas dejando amplias zonas sin cobertura, era común la necesidad de ir a la capital cuando surgían problemas de salud para los que podían permitírselo económicamente, gran parte de los partos se llevaban a cabo en las casas, a todas luces la cobertura sanitaria era claramente insuficiente. Desde 1963 iba creciendo el número de personas que accedían a las prestaciones sanitarias y a los sistemas de pensiones, la cobertura no llegaba a gran parte de la población española, se estaba lejos de poder satisfacer las necesidades de la sociedad española.
El aumento de población necesitaba poder satisfacer una necesidad básica: la vivienda; existía un enorme déficit en vivienda que por una parte trató de resolverse con operaciones inmobiliarias mediante la construcción de barrios obreros en la periferia
y en los pueblos cercanos a las grandes ciudades, convirtiéndose desde ese momento estos pueblos en ciudades dormitorio. Estos  nuevos espacios habitacionales carecían de los equipamientos sociales y urbanos básicos. Por otra parte los que no tenían nada para cobijarse ni medios económicos empezaron a construir casitas en las afueras que formaron las zonas de infraviviendas (chabolismo). Las duras condiciones de estos nuevos barrios son la causa de la necesidad social de organizarse para reclamar las mejoras mínimas, nacieron así las asociaciones de vecinos, germen de las acciones y reivindicaciones para la transformación de las ciudades en espacios mínimamente habitables.
La sociedad española
El desarrollo económico y el aumento de la capacidad de las familias, se dio en muchos casos con la dedicación laboral plena a lo largo de la jornada: pluriempleo. Propició la aparición de ciertas capas de población que iban teniendo mayor capacidad de compra conformando la naciente sociedad de consumo en España,
con años de retraso respecto a los países desarrollados, aún estábamos saliendo del subdesarrollo. Poco a poco se extendió el uso de electrodomésticos, comenzó a ser importante el número de los hogares con televisión dos tercios aproximadamente en 1970, y el coche  utilitario (el 600)
se convirtió en un símbolo inequívoco del cambio en las costumbres sociales. Empezaron los viajes por ocio no asociados al trabajo. La sociedad estaba cambiando, las costumbres sometidas al ciclo religioso se transformaron, la población empezaba a salir del oscuro periodo anterior con deseo de hacer lo mismo que hacían los europeos que veían venir de vacaciones. Querían tener lo mismo que les contaban los convecinos que habían emigrado a Europa.

Los años 40 y 50 fueron de control social, con una rígida jerarquización en la que los valores tradicionales y la moral católica predominaban. La Iglesia fue la institución que vigilaba la moral y las costumbres a través de la educación y su permanente presencia en la vida diaria. La censura prohibía todo lo que consideraba un peligro para la moral y la política del régimen. En la educación fueron represaliados y separados de sus puestos los docentes de izquierdas, los demócratas, los liberales. La enseñanza religiosa monopolizó la moral que dominaba la sociedad. La sociedad estaba regida por una moral coactiva que predicaba la obediencia ciega a la jerarquía (los hijos a los padres, los obreros a los empresarios, todos los españoles al Caudillo). Una estricta división sexual de las funciones con una absoluta supeditación de la mujer respecto al hombre (jurídica y social). El hombre se ocupaba del trabajo y de la guerra, las mujeres estaban encaminadas al cuidado del hogar y de los hijos, su valía estaba en función de su condición de esposa y madre.

A finales de los 60 y al comienzo de los 70 la transformación de la sociedad española era imparable, el acceso a la información directa de los turistas, de los viajeros al exterior, de las películas, de la música, la mayor movilidad. Supuso  la aparición de  una nueva mentalidad que no correspondía con el tradicionalismo católico del régimen, que intentaba aun controlar todo lo que ocurría. Se dio una progresiva disminución  de la influencia de la Iglesia en los nuevos hábitos sociales, que transformaron la forma de relacionarse entre los jóvenes, las relaciones afectivas entre ambos sexos. La moda, las costumbres cotidianas,  la forma de vestir, empezaron a ser la manera nueva de enlazar con lo que ocurría en Europa. Los turistas fueron un vehículo de información y de comportamiento nuevo que calaron en amplios sectores. La necesidad de una nueva forma de vida se abría camino. La unión de este deseo con la vida en un sistema democrático era evidente en los viajeros que llegaban a España desde los países europeos.

Al final del franquismo la transformación de la sociedad española se plasmó en un claro posicionamiento de amplias capas de la población por la modernización (reivindicación cíclica a lo largo de nuestra historia) asociada a la forma de vida política de los países europeos: el sistema democrático. Se daba la confluencia de las luchas sindicales, políticas y sociales reclamando otra forma de sistema político, identificado con el sistema democrático (fin de la dictadura).

Enlaces.

TEXTOS

EL PLAN DE ESTABILIZACIÓN (1959)
Al final de la Guerra de Liberación, la economía española tuvo que enfrentarse con el problema de su reconstrucción, que se veía retardada en aquellos momentos por lo insuficiente de los recursos y los bajos niveles de renta y ahorro, agravados por el desequilibrio de la capacidad productiva como consecuencia de la contienda.
La guerra mundial y las repercusiones que trajo consigo aumentaron estas dificultades y cerraron gran parte de los mercados y fuentes de aprovisionamientos normales, lo que motivó una serie de intervenciones económicas al servicio de la tarea de abastecimiento y de la reconstrucción nacional... Resueltos un sinfín de problemas, hay que enfrentarse con otros derivados tanto del nivel de vida ya alcanzado cuanto de la evolución de la economía mundial, especialmente de los países de Occidente... Son imprescindibles unas medidas de adaptación que, sin romper la continuidad de nuestro proceso económico, aseguren un crecimiento de la producción respaldada por una política de ahorro y de ordenación del gasto.               
Decreto-ley del Plan de Estabilización, 1959

EL PRIMER PLAN DE DESARROLLO

El Plan de Desarrollo [...] instrumenta una amplia e intensa acción del Estado a favor de las zonas geográficas menos desarrolladas con el fin de conseguir una mayor aproximación entre los niveles de renta de las distintas regiones españolas. Dicha actuación estatal se realiza principalmente a través de un doble orden de actuaciones: las encaminadas a la mejora agraria y las de fomento de la industrialización.
El mayor esfuerzo económico se emplea a favor de la mejora agraria, ya que en el programa de inversiones públicas del Plan de Desarrollo se destinan más de sesenta y ocho mil millones a las obras de transformación en regadío y colonización, concentración parcelaria, conservación de suelos, repoblación forestal, mejora ganadera y otras inversiones para el fomento de la productividad agraria.
Para acelerar la industrialización el Plan prevé el establecimiento de polos y polígonos. Mediante los primeros se trata de crear importantes núcleos industriales impulsando unas concretas actividades económicas y sociales [...]. Mediante los polígonos, la acción del Estado se extenderá asimismo a aquellas poblaciones que, aun sin reunir las condiciones indispensables para crear en ellas polos de desarrollo o de promoción, permitan el establecimiento de industrias.
Primer Plan de Desarrollo, enero de 1964

LEY DE PRENSA, 1966

Artículo 1.°- Libertad de expresión por medio de impresos. Párrafo 1º. El derecho a la libertad de expresión de las ideas reconocido a los españoles en el artículo 12 de su Fuero se ejercitará cuando aquéllas se difundan a través de impresos, conforme a lo dispuesto en dicho Fuero en la presente Ley. Párrafo 2º. Asimismo se ajustará a lo establecido en esta Ley el ejercicio del derecho a la difusión de cualesquiera informaciones por medio de impresos.
Art. 2.° - Extensión del derecho: - La libertad de expresión y el derecho a la difusión de informaciones, reconocidos en el artículo primero, no tendrán más limitación que las impuestas por las leyes. Son limitaciones: el respeto a la verdad y a la moral; el acatamiento a la Ley de Principios del Movimiento Nacional y demás Leyes Fundamentales; las exigencias de la defensa nacional, de seguridad del Estado y del mantenimiento del orden público interior y la paz exterior; el debido respeto a las instituciones y a las personas en la crítica de la acción política y administrativa; la independencia de los Tribunales, la salvaguardia de la intimidad y del honor personal y familiar.
Art. 3.° - De la censura: - La Administración no podrá aplicar la censura previa ni exigir la consulta obligatoria, salvo en los estados de excepción y de guerra expresamente previstos en las leyes.

      CONGRESO DE MUNICH (1962)

El Congreso del Movimiento Europeo reunido en Munich los días 7 y 8 de junio de 1962 estima que la integración, ya en forma de adhesión, ya de asociación de todo país a Europa, exige de cada uno de ellos instituciones democráticas, lo que significa, en el caso de España, de acuerdo con la Convención Europea de los Derechos del Hombre y la Carta Social Europea, lo siguiente:
1. La instauración de instituciones auténticamente representativas y democráticas que garanticen que el gobierno se basa en el consentimiento de los gobernados.
2. ..       La efectiva garantía de todos los derechos de la persona humana, en especial los de libertad personal y de expresión, con supresión de la censura gubernativa.
3.            El reconocimiento de la personalidad de las distintas comunidades naturales.
4.  El ejercicio de las libertades sindicales sobre bases democráticas y de la defensa de los trabajadores de sus derechos fundamentales, entre otros medios por el de la huelga.
5.  La posibilidad de organización de corrientes de opinión y de partidos políticos con el reconocimiento de los derechos de la oposición.


REACCIÓN GUBERNAMENTAL AL CONGRESO DE MUNICH (1962)

Las campañas que desde el exterior vienen realizándose para dañar el crédito y el prestigio de España han encontrado eco y complicidad en algunas personas que abusando de las libertades que el Fuero de los Españoles reconoce se han sumado a tan indignas maniobras. El propio Fuero de los Españoles ofrece los recursos que la ocasión exige [...]. En su virtud, visto el artículo 35 de dicho texto legal [...] Se suspende en todo el territorio nacional y por el plazo de dos años el artículo 14 del Fuero de los Españoles [que permitía la libre fijación de residencia].
Decreto Ley de 8 de junio 1962

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