La transición
La muerte de Franco el 20 de noviembre de
1975 puso en marcha el mecanismo de sucesión del régimen. El día 22 del mismo
mes Juan Carlos I fue proclamado rey (restauración borbónica) dentro del marco político jurídico
de la dictadura. Comenzaba así el período histórico que conocemos como transición, que fue un complejo
proceso de transformación política. La
constitución de 1978 estableció la monarquía constitucional parlamentaria. Desde 1975 a 1982 transcurren los años del periodo de transición que puso a nuestro país en
la senda de las democracias parlamentarias europeas, fue el tránsito de la
dictadura a un sistema democrático liberal.
Desde la constitución de 1978 hasta hoy,
España se ha transformado con un constante proceso de modernización. Se ha trabajado para la construcción de
los cimientos del estado de bienestar, la transformación de la sociedad, el desarrollo
cultural; nos hemos convertido en un país desarrollado en el ámbito de los
países europeos avanzados. Este proceso de transición se dio gracias al esfuerzo del pueblo
español y al acuerdo necesario de las fuerzas políticas democráticas de ese momento,
superando barreras y presiones de sectores antidemocráticos.
Alternativas políticas
A la muerte de Franco y con la presidencia
de Arias Navarro se dieron distintas posiciones en los políticos del régimen
respecto a las decisiones a tomar.
Gobierno de Arias Navarro. El rey Juan Carlos I, jefe de estado
· Inmovilista, "bunker". Eran los sectores
más intransigentes de la dictadura (Fuerza Nueva de Blas Piñar y la Asociación
de Excombatientes de José Antonio Girón de Velasco). Tenían apoyo de gran parte de la jerarquía militar, de las fuerzas de orden público
y de mandos de la Administración franquista. Contaban con el apoyo de amplios
sectores del poder económico, especialmente de los que se habían beneficiado
del sistema de corruptelas de la dictadura. Tenían una gran influencia pública
a través del control de numerosos medios de comunicación. Fomentaron el
terrorismo de Estado con el objetivo de provocar una intervención militar golpista. Fueron
inspiradores, partícipes o cómplices de las intentonas golpistas que desembocaron
en el fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
·
Reformista. Los "aperturistas". Representado por
sectores del aparato franquista conscientes de la inviabilidad de la dictadura tras la muerte de Franco. Al
principio, planeaban que las reformas no serían con
el reconocimiento pleno de los derechos
y libertades. Su figura más significativa fue Manuel Fraga Iribarne, Areilza. Este proyecto fue alentado por Juan
Carlos I con el consejo de Torcuato Fernández-Miranda. Contó con jóvenes políticos que no habían vivido la guerra civil y que
iban a desempeñar un papel clave en la transición, Suárez, Osorio y Martín
Villa. Adolfo
Suárez será la figura clave de este grupo por su protagonismo en la
transición.
Las fuerzas de la oposición democrática
La derecha liberal era poco numerosa, se agrupaban alrededor
de figuras de tendencia demócrata cristiana como Ruiz Giménez y Gil Robles, otros de tendencia liberal o monárquica (los partidarios de Juan de Borbón padre del
monarca). En las derechas nacionalistas, una nueva fuerza en
Cataluña Convergencia Democrática
de Cataluña de Jordi Pujol será la más importante. En el País
Vasco el Partido Nacionalista Vasco será la fuerza
mayoritaria.
Entre las fuerzas del antiguo Frente
Popular destacaba el Partido
Comunista de España, dirigido por Santiago Carrillo, que había
sido el partido más organizado y activo durante
la dictadura y en la transición, contaba con una militancia numerosa en los
distintos sectores de la sociedad. El PSOE desde el Congreso
en Suresnes (Francia) en 1974, tendrá un nuevo grupo dirigente organizado en torno
a Felipe González y Alfonso Guerra, habían llegado a la dirección del partido desplazando a los dirigentes del exilio,
tuvo un gran apoyo internacional promovido por la socialdemocracia (gobernaba en ese momento en algunos países desarrollados europeos). El Partido Socialistas
Popular de Enrique Tierno Galván era un partido pequeño con influencia en algunos
sectores que terminó uniéndose al PSOE.
La presencia
comunista en las distintas organizaciones sociales se reflejaba también en el
mundo sindical en la que sus militantes tenían un papel importante. Comisiones
Obreras desde su aparición en la dictadura era el sindicato más
poderoso del movimiento obrero español. Por otra parte la UGT comenzó
a reorganizarse en más zonas de España, aumentando su presencia sindical. USO era
un sindicato menor. La histórica CNT se reorganizó no pasando de ser un sindicato minoritario.
Los intentos de organizarse unitariamente
se plasmaron por primera vez en la Junta Democrática (1974), impulsada por
el PCE, contó con el PSP de Tierno, CC.OO., asociaciones vecinales y
profesionales y políticos independientes; tenía una gran capacidad de movilización y
organización, su programa-manifiesto proponía la “ruptura democrática”:
movilización social para acabar con el régimen de la dictadura y formar un gobierno
provisional para organizar el sistema democrático rompiendo con el franquismo. El
PSOE no aceptaba la hegemonía del PCE en la oposición y no se integró en la
Junta; fundó la Plataforma de
Convergencia Democrática (1975) con grupos
como la democracia cristiana de Ruiz Giménez, el PNV, la UGT y el grupo
carlista democrático de Carlos Hugo.
Coordinación Democrática
En
marzo de 1976 las dos organizaciones
se unieron en Coordinación Democrática,
integrada por partidos y sindicatos, proponían la ruptura con el régimen. La
unidad impulsó la acción pública de la oposición.
El
papel del rey y el gobierno de Adolfo Suárez
Juan Carlos I fue proclamado rey el 22 de noviembre de 1975, tal y como preveía la
legalidad franquista. Su primer discurso como Jefe de Estado ante las Cortes dejaba
vislumbrar su proyecto político:
afirmaba su legitimidad en base a la tradición (monarquía histórica, sin aludir
a su nombramiento como heredero por Franco); mencionaba su intención de
establecer un marco político para todos los españoles y su intención de reconocer
los derechos sociales y económicos para poder ejercer las libertades políticas.
El discurso del rey suscitó el recelo de la extrema derecha y de los
republicanos. Juan Carlos I decidió mantener como Presidente del Gobierno a
Carlos Arias Navarro, presidente del último gobierno de Franco. Todo parecía
indicar en ese momento la continuidad del régimen.
El gobierno de Arias Navarro (noviembre 1975-julio 1976).
El rey y Arias Navarro con el gobierno
Al comienzo, la
monarquía de Juan Carlos I se caracterizó por la indefinición política, muchos
pensaban que la monarquía sería una continuación del franquismo. El monarca se
rodeó de un grupo de asesores,
entre los que destacaba Torcuato Fernández Miranda, que diseñaron un plan de permanencia
de la monarquía con una reforma de la estructura política. Esta propuesta se plasmó
en la reforma. Se planteaban cambios controlados que garantizaran la continuidad y permanencia
de los funcionarios y militares franquistas; y llegar a un sistema democrático
desde las propias leyes franquistas. El rey mantuvo al frente del
gobierno a Arias Navarro, presidente desde el atentado a Carrero
Blanco. El gobierno incluía a Manuel Fraga como ministro del
Interior y políticos procedentes del Movimiento como Adolfo
Suárez o Martín Villa. El gobierno de Arias fracasó y
respondió con una dura represión a
las protestas sociales que se extendieron por España desde enero de 1976.
Vitoria, en marzo de 1976 cinco trabajadores murieron a manos de
la policía. En mayo de 1976, en
Montejurra pistoleros ultraderechistas asesinaron a dos carlistas demócratas
con total impunidad. El mes de marzo se creó Coordinación
Democrática, reforzándose las protestas contra el gobierno de Aria
Navarro. El rey destituyó a Arias
Navarro en julio de 1976.
El
gobierno de Adolfo Suárez
Jura de Adolfo Suárez ante el rey
El rey nombró en julio de 1976 a Adolfo Suárez nuevo presidente del gobierno, fue recibido con
decepción entre la oposición democrática por su cargos anteriores en el
franquismo y su trayectoria en el Movimiento. El nuevo gobierno estaba
formado por ministros “aperturistas”; Areilza y Fraga no quisieron formar parte
del gobierno. Desde diferentes sectores se pensó que Suárez no era el hombre adecuado
para ese momento. Hubo grandes movilizaciones de julio a favor de la amnistía de los presos políticos.
Hubo una reforma del código penal para legalizar a los partidos políticos, menos al PCE. Estos hechos importantes precedieron a la presentación del proyecto de Ley para la Reforma Política en septiembre de 1976. La ley proponía el sufragio universal para elegir un
sistema bicameral; significaba el final de las Cortes del franquismo, el
apoyo de éstas se consiguió garantizando a los procuradores franquistas que
mantendrían su posición económica y social sin ningún problema. Suárez inició contactos discretos con la oposición democrática.
Los sectores más inmovilistas del franquismo que estaban en contra
de cualquier evolución política, empezaron a organizarse contra el
incipiente proceso de reformas. En septiembre de 1976, Suárez nombró al
teniente general Gutiérrez Mellado vicepresidente del
gobierno. Gutiérrez Mellado fue una figura clave para controlar el peligro
golpista en el Ejército cuyo sector más duro rechazó su nombramiento.
En noviembre las Cortes franquistas aprobaron
la Ley de Reforma Política.
El
restablecimiento de la democracia: las elecciones de
junio de 1977
La oposición fue saliendo de la
clandestinidad.
El PSOE celebró en Madrid públicamente (permitido por el gobierno Suárez) su
XXVII Congreso con la asistencia de importantes líderes socialistas internacionales, fue un gran impulso para que el PSOE se convirtiera en una fuerza política con influencia creciente. Santiago Carrillo, el líder
comunista dio una rueda de prensa clandestina en Madrid que reclamó el derecho
del PCE a la legalidad. Fue detenido el 23 de diciembre de 1976 y puesto
en libertad ocho días después.
El 15 de diciembre se celebró el referéndum
popular sobre la Ley de Reforma Política. El resultado fue del 94.1% de los votos
a favor, con el 77% de participación. La posición del gobierno salió
reforzada, su propuesta de reforma fue aceptada poco apoco por la
oposición democrática como una forma de ruptura pactada.
El año clave:
1977
La amenaza al proceso de
reformas vino del ataque del terrorismo y la amenaza golpista. Un momento clave
en el camino a la democracia fue la semana del 23 al 29 de enero de 1977. Comenzó con el asesinato de un
estudiante por pistoleros de los guerrilleros de Cristo Rey (ultraderecha
fascista), al día siguiente se produjo el secuestro del presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar por los GRAPO, se produjo la muerte de una manifestante. El suceso que impactó a toda la población fue la Matanza de Atocha donde pistoleros de la ultraderecha fascista asesinaron a cinco
abogados laboralistas del PCE. La semana terminó con el asesinato de dos policías y un guardia civil por el GRAPO.
La respuesta del
PCE, el día del entierro de los asesinados en el despacho de Atocha, fue una masiva y silenciosa manifestación de repulsa popular en Madrid que
se desarrolló pacíficamente y que mostró claramente la voluntad general de
todos los que deseaban la democracia de avanzar de forma pacífica hacia
adelante.
Entierro de los abogados asesinados en enero de 1977
Adolfo Suárez superó los obstáculos y la provocación violenta tomando las decisiones políticas necesarias encaminadas hacia un régimen democrático. El día 1 de abril decretó la disolución del Movimiento y el día 9 hizo pública la legalización del PCE, este partido mostró su voluntad de reconciliación nacional (era su propuesta política desde los sesenta) aceptando la monarquía dentro de un sistema parlamentario, renunciaron a mostrar en sus actos públicos la bandera republicana. Días después se legalizaron los sindicatos.
España se dirigía hacia la celebración de
las primeras elecciones democráticas
desde la Segunda República el día 15 de junio
de 1977.
Fila de votantes 15 de junio de 1977
El partido ganador con mayoría relativa
fue la Unión del Centro Democrático (UCD), partido organizado en
poco tiempo alrededor de Suárez con los aperturistas del franquismo y algunas pequeñas
agrupaciones políticas democráticas. La UCD obtuvo el 34.5% de los votos.
El segundo partido fue el PSOE de
Felipe González con casi el 30% de los votos. Fue una sorpresa para
muchos, el PSOE se alzaba con la mayoría dentro de la izquierda, dejaba en
tercer lugar al PCE con un 9.4% y detrás Alianza Popular de Manuel
Fraga con el 8.0%. Convergencia
y Unión de Jordi Pujol y el PNV se mostraron
como las principales fuerzas de sus territorios.
El gobierno democrático de Suárez
coincidiendo con todos los grupos democráticos de las Cortes se fijó la
importante tarea política de elaborar una Constitución, con el objetivo
de articular política y jurídicamente el nuevo sistema
democrático.
Este proceso político coincidió con una profunda crisis económica. Desde la crisis
del petróleo de 1973, en España había crecido el paro y la
inflación de manera alarmante. En el verano de 1977, la inflación era muy alta, parecía incontenible. El gobierno propuso un pacto a
todas las fuerzas políticas para hacer frente a la situación económica. Las
principales fuerzas políticas parlamentarias firmaron el 15 de octubre de 1977 los Pactos de la Moncloa, una serie de medidas para la reforma y un
programa de carácter jurídico y político. Los objetivos fueron la reducción de
la inflación, reformas para el reparto de la crisis, control de precios,
moderación de salarios, devaluación de la peseta. Reforma fiscal y tributaria,
de esta manera con un siglo de retraso, España se incorporaba a la estructura
tributaria de los países desarrollados. Reforma de la Seguridad Social con
incremento de la financiación pública. Se empezaba de esta manera a poner los cimientos del
estado de bienestar.
El proceso constitucional
Las Cortes comenzaron los trabajos para
elaborar la Constitución, las Cortes democráticas elegidas en
1977, se convirtieron así en Cortes Constituyentes.
Se formó
una Comisión Constitucional y esta eligió a siete diputados para elaborar el
proyecto constitucional.
Estos siete diputados, los "padres de la constitución" fueron Gabriel Cisneros, Miguel Herrero de Miñón y
José Pedro Pérez Llorca de UCD; Gregorio Peces-Barba del PSOE; Jordi Solé
Turá del PCE; Miquel Roca de Minoría Catalana; y Manuel Fraga de AP. La
ausencia de un representante del PNV tuvo consecuencias políticas posteriormente, no apoyó el
texto constitucional.
La palabra más utilizada durante la redacción
del proyecto de constitución fue la de "consenso". Con
ella trataban de reflejar una imagen de acuerdo en la elaboración del proyecto. Las
cuestiones que reflejaban mayores diferencias entre los ponentes se resolvieron en la forma de su redacción, se
optó por la indefinición para que pudieran ser aceptadas por cualquier fuerza política. Esta es la principal razón de
la ambigüedad de algunos artículos de la Constitución que se
prestan a distintas interpretaciones, todo se hizo para avanzar y poder
terminar un texto de común acuerdo.
Tras su aprobación en las Cortes. El texto de la Constitución española fue votado
en referéndum por los ciudadanos el día 6 de diciembre de 1978.
La
Constitución obtuvo el 87,87% de votos afirmativos.
El proceso
preautonómico
El gobierno de
Suárez inició el proceso preautonómico durante la elaboración de la
Constitución. Optó por el restablecimiento de la Generalitat (volvió José Tarradellas), en
septiembre de 1977. En el País Vasco en diciembre de ese mismo año se creó el
Consejo General Vasco, como institución preautonómica. A principios de 1978, Cataluña
y País Vasco eran regiones preautonómicas. Desde abril a octubre de 1978, se
crearon por decreto-ley, organismos preautonómicos para el
gobierno de Galicia, Asturias, Castilla-León, Aragón, Castilla-La Mancha, País
Valenciano, Extremadura, Andalucía, Murcia, Baleares y Canarias.
Las demandas de
autonomía de catalanes y vascos, y en menor medida de gallegos, las llamadas
nacionalidades históricas, llevó al gobierno de UCD a impulsar la generalización del principio de autonomía regional y de esa manera
disminuir el impacto político entre los sectores centralistas de la derecha.
Se llevó a cabo lo que coloquialmente se denominó "café para todos" y
prefiguró el futuro constitucional de la estructura territorial de España.
Contenido de la Constitución
El título preliminar contiene
los principios básicos de la Constitución:
- Se define a España como un Estado
social y democrático de Derecho, se proclama que la soberanía
nacional reside en el pueblo
(“La soberanía nacional
reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado”). La forma
política del Estado es la Monarquía parlamentaria.
El artículo 2 hace compatible la
unidad de la Nación con el derecho a la autonomía de las nacionalidades y
regiones.
El título I es el más
extenso de la Constitución y se refiere a los derechos, libertades y deberes de los españoles. Derechos
individuales: el derecho a la integridad física, la libertad ideológica,
religiosa y de culto, a la libertad de expresión, a la educación... Se
incluyen derechos sociales como derecho a la protección a la
familia, disponer de una vivienda digna, disfrutar del medio ambiente, derecho
al trabajo, a la protección de la salud, etc.
El
Estado se define como no confesional.
Respecto a la Corona establece que el Rey es
el Jefe del Estado y se fijan sus funciones, atribuciones y
prerrogativas. Su poder es formal.
La Constitución establece la separación de
poderes y organiza los poderes del Estado:
- Las Cortes están formadas por
dos Cámaras: el Congreso de los Diputados y el Senado.
Ambas son elegidas por sufragio universal por los mayores de 18 años. Son
el poder legislativo.
- El Gobierno, ejerce el poder
ejecutivo, dirige la política interior y exterior de España. También
tiene potestad de carácter legislativo, puede presentar proyectos de ley a
las Cortes y desarrolla los reglamentos de las leyes aprobadas. El Presidente
del Gobierno es elegido entre
los diputados por la mayoría del parlamento.
- Los Jueces y magistrados ejercen
el poder judicial. El Tribunal Constitucional vela
por la correcta elaboración y práctica legal conforme a la Constitución.
En el título VIII de la
Constitución de 1978 articuló sobre uno de los temas que mayor controversia
presentó: la unidad del Estado y la diversidad de regiones y nacionalidades que
lo componen.
Una modificación a la
Constitución se realizó en 1992 para conceder el derecho al voto en las
elecciones municipales a los ciudadanos de la Unión Europea que viven en
España. Esta modificación era totalmente necesaria tras la ratificación por España
del Tratado de la Unión Europea.
A partir del título VIII de la
constitución se establecieron los cauces legales para que los territorios que
lo desearan y que cumplieran una serie de requisitos pudieran constituirse
en Comunidades autónomas. Se
reconoce la existencia de nacionalidades y regiones. Este texto establecía
diferencias en el acceso a la autonomía de las diferentes comunidades:
·
Estableció
un régimen especial para el País
Vasco y Navarra en base a los derechos históricos de los territorios forales.
·
Distinguía
a las comunidades históricas, las
que habían aprobado sus estatutos de autonomía durante la Segunda República
(Cataluña, País Vasco y Galicia, este último en fase de promulgación cuando
estalló la Guerra Civil). Pudieron acceder a la autonomía a través del artículo
151 de la Constitución (vía rápida).
·
El
resto de territorios accederían a la autonomía por el artículo 143 (vía lenta).
Esta condición cambió tras la movilización popular de Andalucía y a consecuencia
del posterior referéndum autonómico, decidieron acogerse a la vía del artículo 151.
Las Comunidades Autónomas que se constituían
tendrían un Estatuto de Autonomía elaborado por el parlamento
autonómico que había sido elegido por los habitantes de la comunidad autónoma.
Después de ser aprobado en la comunidad autónoma debía ser ratificado en las
Cortes Generales. Los estatutos recogían las competencias del
estado que asumían en su territorio conforme a la constitución.
Después de la aprobación
de la Constitución se constituyeron en el período de 1979 a 1983 las actuales
Comunidades Autónomas. España de esta manera se conformaba por 17 Comunidades y dos Ciudades Autónomas
(Ceuta y Melilla constituidas como tales en 1995). Cada una de estas
comunidades posee una Asamblea Legislativa y un Gobierno propios. Empezó a hablarse del estado de las autonomías.
Las comunidades autónomas reconocen el principio de solidaridad y el equilibrio económico entre las distintas regiones del
territorio español. Tal y como establece la Constitución.
El
siguiente paso era negociar la transferencia
de competencias desde el Gobierno central a las comunidades autónomas. En
julio de 1981, PSOE y UCD firmaron unos acuerdos autonómicos: la LOAPA (Ley Orgánica de Armonización del
Proceso Autonómico). Fue recurrida por
los gobiernos vasco y catalán en el Tribunal Constitucional, por lo que fue
reformulada como Ley de Proceso Autonómico.
La cesión de transferencias precisaba fuentes
de financiación, reflejado en la Ley
Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) de septiembre
de 1980, reformada en diciembre de 1996 y diciembre de 2001. En 1992, PSOE y PP firmaron el segundo gran pacto autonómico, acordaron
transferir nuevas competencias y nivelar a las comunidades del artículo 143 con
las del 151. La nueva organización territorial del Estado se acercó a los sistemas
de organización federal.
Desde el comienzo de la transición y al
inicio del sistema democrático español, los sectores inmovilistas en desacuerdo
con el proceso democrático español manifestaron públicamente su posición con
llamadas al golpe de estado y ataques continuos al gobierno. Se desarrollaron
las tramas negras de la derecha que con la connivencia de sectores del aparato
del estado actuaron contra manifestantes y personas ligadas a la lucha por la
democracia produciendo la muerte de muchos de ellos.
El proceso de reformas estuvo
siempre amenazado por dos violentas fuerzas teóricamente opuestas
que se retroalimentaban mutuamente. Por un lado, las fuerzas de extrema
derecha, en las que se agrupaban los residuos del franquismo más duro,
grupos terroristas como los Guerrilleros de Cristo Rey. En la propaganda
estaban diarios del régimen como El Alcázar y grupos políticos como Fuerza
Nueva dirigida por Blas Piñar.
La extrema derecha alentaba un golpe militar para
poner fin al proceso de reformas. Por otro lado, los grupos terroristas
como ETA (el más importante) y el GRAPO. Con sus ataques al
ejército y las fuerzas policiales, después a concejales y a civiles en plena sistema democrático, contribuían a alimentar la posibilidad de un
golpe militar.
La situación llegó a su momento de máxima
tensión en la semana final de enero de 1977 cuando una
sucesión de hechos violentos estuvo a punto de dar al traste con el proceso de transición.
Al asesinato de un estudiante en una manifestación pro-amnistía por parte de
los "Guerrilleros de Cristo Rey", le siguió el secuestro del
presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar, el general Villaescusa, por
parte del GRAPO
y la matanza de cinco abogados laboralistas del PCE en
Atocha por grupos de pistoleros de extrema derecha.
La respuesta
popular fue una gran manifestación de repulsa en Madrid que
se desarrolló pacíficamente y que mostró claramente la voluntad general de
continuar los cambios de forma pacífica.
El terrorismo de ETA, fue un doloroso y constante problema para nuestra sociedad. Además surgieron
grupúsculos de extraño origen como el GRAPO y el FRAP. La brutal
campaña terrorista de ETA causó 65 muertos en 1978, 86 en 1979 y 93 en
1980. Esos fueron los dos años más violentos de la banda. Su violencia al
principio dirigida a miembros del aparato policial y a los militares quería
provocar la actuación de estos sectores contra la democracia. Muchos de sus
asesinatos paralizaron el progreso democrático, actuaron como un freno asesino.
Atentado en Hipercor, Barcelona 19-VI-87. 21 personas asesinadas
Se convirtieron en una banda que extendió de forma indiscriminada el terror con actos
brutales como el atentado de Hipercor (19-VI-1987) en Barcelona y contra el cuartel de la
guardia civil en Zaragoza (11-XII-87), asesinando a niños y personas de todas las
edades. Desde 1975 a 1982 se produjeron más de 3.200 actos
violentos con casi 600 víctimas mortales y más de 2000 heridos.
Los ataques terroristas y la amenaza
golpista siguieron. En 1978 la Operación
Galaxia, un complot militar para realizar un golpe de estado contra el
sistema democrático fue desarticulado. En él estaba implicado Tejero,
que tres años después protagonizaría el golpe del 23 de febrero.
La transición. Serie de RTVE.
- Kairós. La España democrática.
- Fundación sobre la transición, promovida por ex miembros de UCD.
- TVE, tema: transición.
- 40 aniversario de la Constitución.
- La transición en tinta china. Exposición e la Biblioteca Nacional.
- Entierro de los abogados de Atocha. Youtube.
TEXTOS
MENSAJE DEL REY, 22 NOVIEMBRE DE 1975
En esta hora
cargada de emoción y esperanza, llena de dolor por los acontecimientos que
acabamos de vivir, asumo la Corona del Reino con pleno sentido de mi
responsabilidad ante el pueblo español y. de la honrosa obligación que para mí
implica el cumplimiento de las Leyes y el respeto de una tradición centenaria
que ahora coinciden en el Trono.
Como Rey de España,
título que me confieren la tradición histórica, las Leyes Fundamentales del
Reino y el mandato legítimo de los españoles, me honro en dirigiros el primer
mensaje de la Corona que brota de lo más profundo de mi corazón.
Una figura
excepcional entra en la Historia. El nombre de Francisco Franco será ya un jalón del acontecer español y un
hito al que será imposible dejar de referirse para entender la clave de nuestra
vida política contemporánea. Con respeto y gratitud quiero recordar la figura
de quien durante tantos años asumió la pesada responsabilidad de conducir la
gobernación del Estado. Su recuerdo constituirá para mí una exigencia de
comportamiento y de lealtad para con las funciones que asumo al servicio de la
Patria. Es de pueblos grandes y nobles el saber recordar a quienes dedicaron su
vida al servicio de un ideal. España
nunca podrá olvidar a quien como soldado y estadista ha consagrado toda la
existencia a su servicio.
Yo sé bien que los
españoles comprenden mis sentimientos en estos momentos. Pero el cumplimiento
del deber está por encima de cualquier otra circunstancia. Esta norma me la
enseñó mi padre desde niño, y ha sido una constante de mi familia, qué ha
querido servir a España con todas sus fuerzas.
Hoy comienza una
nueva etapa de la historia de España. Esta etapa, que hemos de recorrer juntos,
se inicia en la paz, el trabajo y la prosperidad, fruto del esfuerzo común y de
la decidida voluntad colectiva. La Monarquía será fiel guardián de esa herencia
y procurará en todo momento mantener la más estrecha relación con el pueblo.
La institución que
personifico integra a todos los españoles, y hoy, en esta hora tan trascendental,
os convoco porque a todos nos incumbe por igual el deber de servir a España.
Que todos entiendan con generosidad y altura de miras que nuestro futuro se
basará en un efectivo consenso de concordia nacional.
El Rey es el primer
español obligado a cumplir con su deber y con estos propósitos. En este momento
decisivo de mi vida afirmo solemnemente que todo mi tiempo y todas las acciones
de mi voluntad estarán dirigidos a cumplir con mi deber.
Pido a Dios su ayuda para acertar siempre
en las difíciles decisiones que, sin duda, el destino alzará ante nosotros. Con
su gracia y con el ejemplo de tantos predecesores que unificaron, pacificaron y
engrandecieron a todos los pueblos de España, deseo ser capaz de actuar como
moderador, como guardián del sistema constitucional y como promotor de la
justicia. Que nadie tema que su causa sea olvidada; que nadie espere una
ventaja o un privilegio. Juntos podremos hacerlo todo si a todos damos su justa
oportunidad. Guardaré y haré guardar las leyes teniendo por norte la justicia y
sabiendo que el servicio del pueblo es el fin que Justifica toda mi función.
Soy plenamente consciente de que un gran pueblo como el nuestro, en pleno
periodo de desarrollo cultural, de cambio generacional y de crecimiento
material pide perfeccionamientos profundos. Escuchar, canalizar y estimular
estas demandas es para mí un deber que acepto con decisión.
La Patria es una
empresa colectiva que a todos compete. Su fortaleza y su grandeza deben de
apoyarse por ello en la voluntad manifiesta de cuantos la integramos. Pero las
naciones más grandes y prósperas, donde el orden, la libertad y la justicia han
resplandecido mejor, son aquellas que más profundamente han sabido respetar su
propia historia. La justicia es el supuesto para la libertad con dignidad, con
prosperidad y con grandeza. Insistamos en la construcción de un orden justo, un
orden donde tanto la actividad pública como la privada se hallen bajo la
salvaguardia jurisdiccional. Un orden justo, igual para todos, permite
reconocer dentro de la unidad del Reino y del Estado las peculiaridades
regionales, como expresión de la diversidad de pueblos que constituyen la
sagrada realidad de España. El Rey quiere serlo de todos a un tiempo y de cada
uno en su cultura, en su historia y en su tradición.
Al servicio de esa
gran comunidad que es España, debemos de estar la Corona, los ejércitos de la
Nación, los organismos del Estado, el mundo del trabajo, los empresarios, los
profesionales, las instituciones privadas y todos los ciudadanos, constituyendo
su conjunto un firme entramado de deberes y derechos. Sólo así podremos
sentirnos fuertes y libres al mismo tiempo.
Esta hora dinámica
y cambiante exige una capacidad creadora para integrar en objetivos comunes las
distintas y deseables opiniones, que dan riqueza y variedad a este pueblo
español que, lleno de cualidades, se entrega generoso cuando se le convoca a
una tarea realista y ambiciosa. [...]
Señores consejeros
del Reino, señores procuradores, al dirigirme como Rey, desde estas Cortes, al
pueblo español, pido a Dios ayuda para todos. Os prometo firmeza y prudencia.
Confío en que todos sabremos cumplir la misión en la que estamos comprometidos.
Si todos
permanecemos unidos, habremos ganado el futuro. ¡Viva España!
Primer
Mensaje del rey Juan Carlos I, Madrid, 22 de
noviembre de 1975
CREACIÓN
DE COORDINACIÓN DEMOCRÁTICA
Coordinación
Democrática se opone a la continuidad de un régimen que está haciendo imposibles las libertades democráticas de
todos los ciudadanos, sea bajo la forma concreta que se ha establecido en
virtud de las Leyes Fundamentales, sea bajo cualquier forma de gobierno o de
Estado que se pretenda imponer al pueblo sin la necesaria consulta previa [...].
En consecuencia,
Coordinación Democrática denuncia como perturbador para la convivencia pacífica
el intento de la llamada política reformista del Gobierno, de perpetuarse en el
poder, combinando las promesas democráticas con medidas represivas e intentando
dividir a las fuerzas políticas y sindicales [...].
Coordinación
Democrática manifiesta su decisión de emprender las acciones políticas
adecuadas para [...] la realización de la ruptura o alternativa democrática
mediante la apertura de un proceso constituyente que conduzca, a través de una
consulta popular, basada en el sufragio universal, a una decisión sobre la
forma del Estado y del Gobierno, así como la defensa de las libertades y
derechos políticos durante este período.
Documento
constitutivo de Coordinación Democrática, 26 de marzo de 1976
EL
ARTÍCULO QUE ACABÓ CON ARIAS NAVARRO
El nuevo líder
español está gravemente preocupado con la resistencia de la derecha al cambio
político. Creo que ya ha llegado la hora de la reforma, pero el presidente del
gobierno, Carlos Arias Navarro, un residuo de los días de Franco, ha demostrado
más inmovilismo que movilidad. El rey opina que Arias es un desastre sin
paliativos, ya que se ha convertido
en el abanderado de ese grupo de leales a Franco conocido como «El Bunker».
Como consecuencia de ello se ha producido un estancamiento total entre Arias y
Torcuato Fernández Miranda, el profesor de Derecho elegido por Juan Carlos para
presidir las Cortes (Parlamento) y acelerar la reforma política. Desde que
subió al trono, el rey ha hecho todo lo posible para convencer a Arias, y se
encuentra con que el presidente, de sesenta y siete años de edad, le responde
«Sí, Majestad» y no hace nada, cuando no hace lo contrario de lo que el rey
quiere. Pero, a menos que Arias decida dimitir, es poco lo que Juan Carlos puede
hacer para destituirle.
ARNAUD DE BORCHGRAVE, Newsweek, 26 de abril de 1976
LA FORMACIÓN DEL
GOBIERNO DE ADOLFO SUÁREZ
El nombramiento de
Adolfo Suárez cayó efectivamente como una bomba y su explosión produjo una
serie de reacciones en cadena. Pocos fueron los periódicos que se manifestaron
comprensivos y algunos se declararon en contra casi con violencia; en general
lo consideraron como una congelación del proceso de evolución política y en
muchos casos como un claro paso atrás. [...]
En verdad Adolfo
Suárez era poco conocido a nivel nacional, apenas había hecho declaraciones y
puesto de manifiesto cuál era su pensamiento político, [...] sólo su discurso
ante las Cortes podía servir, ante la opinión pública, como indicativo de lo
que podía ser su trayectoria. Junto a esto es evidente que su edad no era la
más tranquilizadora para los políticos más veteranos que intuían su
amortización o su desplazamiento.
No es, por ello,
extraño que, al menos en apariencia, se quedase solo. Solo con Torcuato
Fernández Miranda y conmigo que, por lealtad al rey que lo había designado y
por conocimiento de su actuación en el Gobierno anterior, le presté mi
colaboración. Esto, no obstante, es evidente que sin ella hubiese podido formar
Gobierno pues nunca faltan voluntarios para ocupar una cartera ministerial,
pero creo sinceramente que con poca coherencia, salvo que se hubiese puesto en
manos de los sectores más antievolutivos, y esto no lo quiso hacer. [...]
Alfonso Osorio, Trayectoria política
de un ministro de la Corona, 1980
LEY PARA LA REFORMA POLÍTICA
Artículo 1°- 1) La democracia, en el Estado español, se
basa en la supremacía de la ley, expresión de la voluntad soberana del pueblo.
Los derechos fundamentales de la persona son inviolables y vinculan a todos los
órganos del Estado. 2) La potestad de elaborar y aprobar las leyes reside en
las Cortes. El Rey sanciona y promulga las leyes.
Artículo 2°- 1) Las Cortes se componen del Congreso de
Diputados y del Senado. 2) Los diputados del Congreso serán elegidos por sufragio
universal, directo y secreto de los españoles mayores de edad. 3) Los senadores
serán elegidos en representación de las entidades territoriales. El Rey podrá
designar para cada legislatura senadores en número no superior a la quinta
parte del de los elegidos. 4) La duración del mandato de diputados y senadores
será de cuatro años. 5) El Congreso y el Senado establecerán sus propios
Reglamentos y elegirán sus respectivos presidentes. 6) El presidente de las
Cortes y del Consejo del Reino será nombrado por el Rey.
Artículo 3°- 1) La iniciativa de reforma constitucional
corresponderá: a) Al Gobierno. b) Al Congreso de Diputados. 2) Cualquier
reforma constitucional requerirá la aprobación por la mayoría absoluta de los
miembros del Congreso y del Senado. El Senado deliberará sobre el texto
previamente aprobado por el Congreso, y si éste no fuera aceptado en sus
términos, las discrepancias se someterán a una Comisión Mixta, bajo la
presidencia de quien ostentara la de las Cortes, y de la que formarán parte los
presidentes del Congreso y del Senado, cuatro diputados y cuatro senadores,
elegidos por las respectivas Cámaras. Si esta Comisión no llegara a un acuerdo
o los términos del mismo no merecieran
la aprobación de una y otra Cámara, la decisión se adoptará por mayoría
absoluta de los componentes de las Cortes en reunión conjunta de ambas Cámaras.
3) El Rey, antes de sancionar una Ley de Reforma Constitucional, deberá someter
el proyecto a referéndum de la nación. [...]
Disposición
Transitoria Primera.-
El Gobierno regulará las primeras elecciones a Cortes para constituir un
Congreso de 350 diputados y elegir 207 senadores, a razón de cuatro por
provincia, y uno más por cada provincia insular, dos por Ceuta y dos por
Melilla. Los senadores serán elegidos por sufragio universal, directo y secreto
de los españoles mayores de edad que residan en el respectivo territorio. Las
elecciones al Congreso se inspirarán en criterios de representación
proporcional, conforme a las siguientes bases: 1) Se aplicarán dispositivos
correctores para evitar fragmentaciones inconvenientes de la Cámara, a cuyo
efecto se fijarán porcentajes mínimos de sufragios para acceder al Congreso. 2)
La circunscripción electoral será la provincia, fijándose un número mínimo inicial
de diputados para cada una de ellas. Las elecciones al Senado se inspirarán en
criterios de escrutinio mayoritario. [...]
Disposición
final.- La
presente Ley tendrá rango de Ley Fundamental. Diciembre de 1976
PRIMER CONTACTO DEL
REY CON EL PARTIDO COMUNISTA
Estuve
también en Rumania; me había llamado Ceaucescu, que debía comunicarme un
mensaje del rey Juan Carlos. Hice el viaje, que tenía sus complicaciones,
pensando lo fácil que hubiera sido solventar la consulta en Madrid si yo no estuviera en la ilegalidad. Yo veía
en ese mensaje dos aspectos
contradictorios: el primero que el rey nos tenía en cuenta políticamente, lo
que era positivo; el segundo, que nos pedía que pacientáramos un par de años,
porque antes no sería posible nuestra legalización, mientras socialistas y
demócratas-cristianos tenían asegurada la suya en lo inmediato; y esto último
sí que era negativo. Mi respuesta fue neta: teníamos que ser legalizados al
mismo tiempo que los demás y no después. No conozco los términos en que la
transmitiría el presidente rumano, pero imagino que serían fieles a mi opinión
porque, en definitiva, nuestra legalización se produjo a la par con los otros.
Parece que el correo que llevó a Bucarest la misiva real fue un señor de
Carvajal; no sé si él fue quien trajo de vuelta la respuesta.
Santiago Carrillo, Memorias
PREÁMBULO
DE LA CONSTITUCIÓN DE 1978
La Nación española,
deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien
de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:
Garantizar la
convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un
orden económico y social justo.
Consolidar un
Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la
voluntad popular.
Proteger a todos
los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus
culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
Promover el
progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad
de vida.
Establecer una
sociedad democrática avanzada, y Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz
cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.
En consecuencia,
las Cortes aprueban y el pueblo español ratifica la siguiente Constitución.
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